martes, 28 de agosto de 2018

Notas de Elena Tesalónica y Berea

Pablo y Si las trabajaron en la sinagoga de los judíos en Tesalónica con algún éxito; pero los judíos incrédulos estaban muy desconectados, y causaron disturbios, y provocaron un gran tumulto en contra de ellos.

Estos devotos apóstoles se vieron obligados a dejar Tesalónica, bajo la protección de la noche e irse a Berea, donde se los recibió con alegría. Elogiaron a los Bereanos de este modo: "Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos" [Hechos 17:1 1-12] (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 613).

La mente de los bereanos no estaba estrechada por el prejuicio. Estaban dispuestos a investigar la verdad de la doctrina presentada por los apóstoles. Estudiaban la Biblia, no por curiosidad, sino para aprender lo que se había escrito concerniente al Mesías prometido. Investigaban diariamente los relatos inspirados; y al comparar escritura con escritura, los ángeles celestiales estaban junto a ellos, iluminando sus mentes e impresionando sus corazones (Los hechos de los apóstoles, p. 188).

Los ángeles del cielo no descendieron a la escuela de los profetas ni cantaron sus himnos en el templo o las sinagogas, sino que salieron al encuentro de seres humanos que eran lo suficientemente humildes como para recibir el mensaje. Cantaron las alegres nuevas del Salvador en las llanuras de Belén, mientras los grandes hombres, los dirigentes y los honorables quedaban en tinieblas, porque estaban perfectamente satisfechos con su situación y no sentían necesidad de una piedad mayor a la que tenían ...
Los grandes hombres, y los que profesan ser sumamente buenos, pueden llevar a cabo obras terribles impulsados por su fanatismo y por lo exaltado del cargo que ocupan, y vanagloriarse al mismo tiempo de que están sirviendo a Dios. No conviene confiar en ellos. Usted y yo necesitamos a toda costa la verdad bíblica. Como los nobles bereanos, tenemos que escudriñar cada día las Escrituras con ferviente oración, para conocer la verdad, y entonces obedecerla a toda costa sin hacer caso de la opinión de los hombres grandes o buenos (Cada día con Dios, p. 317).

Han ocurrido apostasías y el Señor ha permitido que asuntos de esa naturaleza se desarrollasen en el pasado a fin de mostrar con cuánta facilidad sus hijos serán descarriados cuando dependan de las palabras de los hombres en vez de investigar por sí mismos las Escrituras, como hicieron los nobles bereanos ... La rebelión y la apostasía están en el aire mismo que respiramos.

Seremos afectados por ellas a menos que vinculemos mediante la fe nuestras almas desvalidas con Cristo. Si los hombres son descarriados ahora con tanta facilidad, ¿cómo resistirán cuando Satanás personifique a Cristo y realice milagros? ... ¿Qué impedirá que el pueblo de Dios preste obediencia a los falsos cristos? "No vayáis" [Lucas 17:23] ...


Todos nuestros ministros deben dar un testimonio decidido en todas nuestras iglesias. Dios ha permitido que ocurran apostasías a fin de mostrar cuán poco se puede confiar en el hombre. Siempre debemos acudir a Dios, porque su palabra no es sí y no, sino sí y amen (Mensajes selectos, t. 2, pp. 454-456).



No hay comentarios:

Publicar un comentario