En compañía de Bernabé, [Pablo] fue a otras ciudades predicando a Jesús y realizando milagros, y muchos se convertían. Al ser sanado un hombre que había sido cojo de nacimiento, la gente que adoraba a los ídolos estaba por ofrecer sacrificio a los discípulos. Pablo se entristeció y les dijo que él y su colaborador no eran sino hombres y que el Dios que había hecho los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, era el único que debía ser adorado. Así ensalzó Pablo a Dios delante de la gente; pero a duras penas pudo refrenarla. En la mente de esa gente se estaba formando el primer concepto de la fe en el Dios verdadero, así como del culto y honor que se le debe rendir; pero mientras escuchaban a Pablo, Satanás estaba incitando a los judíos incrédulos de otras ciudades a que siguiesen a Pablo para destruir la buena obra hecha por él.
Estos judíos excitaron a aquellos idólatras mediante falsos informes contra Pablo. El asombro y la admiración de la gente se transformó en odio, y los que poco antes habían estado dispuestos a adorar a los discípulos, apedrearon a Pablo y lo sacaron de la ciudad como muerto. Pero mientras los discípulos estaban de pie en derredor de Pablo, llorándolo, con gozo lo vieron levantarse, y entró con ellos en la ciudad (Primeros escritos, p. 203).
Al par que poseía altas dotes intelectuales, Pablo revelaba en su vida el poder de una sabiduría aún más rara. Sus enseñanzas, ejemplificadas por su vida, revelan principios de la más profunda significación, que eran ignorados por los grandes espíritus de su tiempo. Poseía la más elevada de todas las sabidurías que da una pronta perspicacia y simpatía, que pone al hombre en contacto con los hombres, y lo capacita para despertar la naturaleza mejor de sus semejantes e inspirarlos a vivir una vida más elevada.
Escuchad las palabras que pronunció ante los paganos de Listra, al indicarles a Dios revelado en la naturaleza como Fuente de todo bien, que nos da "lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones" [Hechos 14: 17] (La educación, p. 66). Pablo no se olvidaba de las iglesias que había establecido. Después de hacer una gira misionera, él y Bernabé volvieron sobre sus pasos y visitaron las iglesias que habían levantado, escogiendo de entre sus miembros hombres a quienes podían preparar para que se les unieran en la proclamación del evangelio.
Este rasgo de la obra de Pablo contiene una importante lección para los ministros hoy día. El apóstol hizo de la enseñanza de jóvenes para d oficio de ministros una parte de su obra. Los llevaba consigo en sus viajes misioneros, y así adquirían la experiencia necesaria para ocupar más tarde cargos de responsabilidad ...
Nunca olvidaba Pablo la responsabilidad que descansaba sobre él como ministro de Cristo; ni que si las almas se perdían por su infidelidad, Dios lo tendría por responsable (Los hechos de los apóstoles, p. 296).
================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA III TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA
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