martes, 7 de agosto de 2018

| El don del Espíritu Santo.


Bienvenidos al estudio sistemático de la Biblia. Corresponde a julio, agosto y septiembre 2018. Lección 6: Para el 11 de agosto de 2018 EL MINISTERIO DE PEDRO. Martes 7 de agosto. EL DON DEL ESPÍRITU

Hechos 10:44 al 48 ( CB ) revela un momento crítico en la historia de la iglesia primitiva. Fue la primera vez que uno de los apóstoles les predicó el evangelio a los gentiles incircuncisos. A diferencia de los creyentes helenistas, los apóstoles y otros creyentes de Judea no estaban preparados para recibir a los gentiles en la iglesia. Puesto que Jesús era el Mesías de Israel, pensaban que debían compartir el evangelio solamente con judíos de cerca y de lejos. Los gentiles primero tendrían que convertirse al judaísmo y luego ser aceptados en la comunidad de la fe. En otras palabras, antes de que los gentiles pudieran convertirse en cristianos, primero tenían que hacerse judíos. Ese era el pensamiento que debían cambiar estos primeros creyentes judíos.

El don de lenguas que recibieron Cornelio y su familia fue añadido como una señal clara y observable de que aquel concepto era erróneo, que Dios no tiene favoritos y que en términos de salvación tanto judíos como gentiles están en pie de igualdad ante él.

Lee Hechos 11:1 al 18 ( CB ) . ¿Cómo reaccionó la iglesia de Jerusalén ante la experiencia de Pedro en Cesarea?

El antiguo prejuicio judaico sobre los gentiles llevó a los creyentes de Jerusalén a criticar a Pedro por haber comido con gente incircuncisa. Parece que les preocupaban más los escrúpulos ceremoniales judíos que la salvación de Cornelio y su familia. Tal vez temían que, si la iglesia acababa con esas prácticas, eso representara una negación de la fe de Israel. Perderían el favor de Dios y se someterían a las mismas acusaciones (de los judíos) que habían llevado a la muerte de Esteban.
“Habi´a llegado el tiempo en que la iglesia de Cristo debi´a emprender una fase enteramente nueva de su obra. Debi´a abrirse la puerta que muchos de los judi´os conversos habi´an cerrado a los gentiles. Y, de entre estos, los que aceptaran el evangelio habi´an de ser considerados iguales a los discípulos judi´os, sin necesidad de observar el rito de la circuncisio´n” (HAp 111).

Al igual que en Pentecostés, aquí también hablaban en idiomas previamente desconocidos para ellos, no en lenguas exaltadas o celestiales. Lo único que difería era el propósito: mientras que para los apóstoles el don apuntaba a la misión mundial de la iglesia, para Cornelio funcionó como una confirmación de que la gracia de Dios obraba incluso entre los gentiles.


Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Timoteo 4 – Durante esta semana, DTG caps. 54, 55.

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