La seguridad de la salvación.
Algunos adventistas del séptimo día se preguntan si serán salvos. Les falta seguridad y anhelan conocer su futuro, en términos de vida eterna. Se esfuerzan por ser buenos y, sin embargo, se quedan cortos. Miran introspectivamente y es poco lo que encuentran que los anime en su experiencia de vida.
Cuando vemos la inmensa brecha entre el carácter de Jesús y el nuestro, o cuando leemos un versículo como “estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mat. 7:14), ¿quién no tiene momentos en los que se pregunta si lo logrará?
A fin de estar preparados para el tiempo del fin, debemos contar con la seguridad de la salvación en el presente. Debemos deleitarnos en la realidad de la salvación para enfrentar el futuro sin temor. Como hemos visto, toda la Deidad trabaja para salvarnos y, por lo tanto, podemos y debemos vivir con la seguridad de nuestra salvación.
Lee los siguientes versículos. ¿Qué esperanza y garantías extraemos de ellos con respecto a la salvación, y lo que Dios ha hecho por nosotros y lo que promete hacer?
Sal. 91:15, 16
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
Y le mostraré mi salvación.
Joel 2:31, 32
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
Y le mostraré mi salvación.
Juan 10:28
Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Rom. 10:9-13
Que
si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con
el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Pues la
Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es
rico para con todos los que le invocan; porque todo
aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
1 Juan 5:11-13
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
Se nos llama, e incluso se nos ordena, llevar una vida santa, pero esta vida es el resultado de haber sido salvados por Cristo, no el medio para lograr esa salvación. Aunque debemos ser fieles, incluso hasta la muerte, siempre debemos depender del don divino como nuestra única esperanza de salvación. El pueblo de Dios será hallado fiel y obediente en los últimos días, una fidelidad y una obediencia que surgen de la seguridad de lo que Cristo ha hecho por él. ==================================== Lección 4: La salvación y el tiempo del fin Para el 28 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin
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