SACRIFICIO SUPREMO
Estudiar el sacrificio supremo de Cristo ayuda mucho en la preparación de los creyentes para el tiempo del fin. A menudo, los seres humanos miran hacia el objetivo que tienen delante, y eso tiene sentido. Pero, también es bueno comprender que el objetivo está detrás de ellos. Hablamos del Calvario. El objetivo, que Jesús alcanzó por nosotros, es irreversible, definitivo, y nos da certeza de la meta que tenemos por delante.
¿Por qué envió Dios a su Hijo al mundo? Dios envió a Cristo para que fuese una ofrenda por el pecado, para condenar el pecado en la carne. ¿Qué significa esto? Como un ser inmortal, Cristo no podía morir. Por lo tanto, el Señor se hizo humano y asumió nuestra mortalidad sobre sí para que, en efecto, pudiera morir como nuestro Sustituto. Aunque era divino, y aunque era Dios en su naturaleza, Jesús asumió “la condición de hombre” y se humilló a sí mismo, “haciéndose obediente hasta la muerte” en la Cruz (Fil. 2:6-8 ( CB ) ).
De una manera que solo Dios sabe, la divinidad de Cristo no murió cuando Jesús murió en la Cruz. De alguna forma que escapa a la comprensión humana, la divinidad de Jesús estuvo inactiva durante los nueve meses en el vientre y en los días de la tumba; y durante su vida y ministerio aquí Jesús nunca la usó para ayudar a su humanidad.
Lee Lucas 9:22 ( CB ) . ¿Qué nos dice sobre la intencionalidad de la muerte de Cristo?
Cristo nació para morir. Podemos imaginar que nunca hubo un momento en la eternidad en el que él haya dejado de pensar en las burlas, la flagelación, los azotes y la crucifixión desgarradora que enfrentaría. Este es un amor sin parangón, incomprendido y nunca antes visto. ¿Qué podemos hacer, como seres humanos, ante este tipo de amor, más que caer de rodillas, y adorar con fe y obediencia? ¿Qué nos dice la realidad de la Cruz sobre la inutilidad de los méritos humanos?
================== LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA I TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Daniel Herrera Desde: Guatemala
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