lunes, 16 de abril de 2018

Lección 3 | Sábado 14 de abril 2018 | Para memorizar | Escuela Sabática



LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Corintios 10:1-11; Apocalipsis 12:1-17; 19:11-15; Efesios 1:20; Apocalipsis 11:19; 1:10-18. 

PARA MEMORIZAR: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apoc. 3:21).

Una verdad importante: el Nuevo Testamento está directamente ligado al Antiguo Testamento. Vez tras vez, los evangelios y las epístolas se refieren a acontecimientos del Antiguo Testamento o lo citan en forma directa o indirecta.

Y, al referirse a sí mismo y a su ministerio, ¿con cuánta frecuencia Jesús mencionó que debían “cumplirse” las “Escrituras”? (Ver Mat. 26:54, 56; Mar. 14:49; Juan 13:18; 17:12.)

Lo mismo puede decirse del libro de Apocalipsis. De hecho, es casi imposible entender el libro de Apocalipsis si prescindimos del Antiguo Testamento, especialmente el libro de Daniel. Esta es una de las razones por las que, a menudo, estudiamos ambos libros juntos. Un aspecto vital de las referencias del Antiguo Testamento en Apocalipsis es que, junto con el resto del libro, revelan a Cristo.

La revelación tiene que ver con Jesús, con quién es él, con lo que ha hecho por su pueblo y con lo que hará por nosotros en el tiempo del fin. Necesariamente, cualquier énfasis en los acontecimientos finales debe poner a Jesús en un lugar protagónico, que es exactamente lo que hace Apocalipsis. La lección de esta semana contempla a Jesús en este libro. 

============ Lección 3: Jesús y el Libro de Apocalipsis Para el 21 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018

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