domingo, 29 de abril de 2018

Notas de Elena - 29 de Abril del 2018 - Sacrificio supremo



SACRIFICIO SUPREMO

La revelación del amor de Dios al hombre tiene su centro en la cruz. No hay lengua capaz de expresar todo su significado, ni pluma que pueda describirla, ni inteligencia humana apta para comprenderla. Al contemplar la cruz del Calvario, solo podemos decir: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Juan 3:16 . .. Es por medio del don de Cristo como recibimos toda bendición. Mediante este don se derrama sobre nosotros día tras día, sin interrupción, el raudal de la bondad de Jehová. Todas las flores, con sus delicados tintes y fragancia, nos son dadas para nuestro deleite por medio de este único don. El sol y la luna fueron hechos por él. No hay una sola estrella que embellezca el cielo que él no hiciera. Cada gota de lluvia que cae, cada rayo de luz derramado sobre nuestro ingrato mundo atestiguan el amor de Dios en Cristo. Todo lo recibimos por medio del único don inefable, el unigénito Hijo de Dios. Fue clavado en la cruz para que todas estas larguezas fluyeran sobre toda la creación de Dios (Ministerio de curación, p. 331 ). Cuando Adán y Eva fueron creados recibieron el conocimiento de la ley de Dios; conocieron los derechos que la ley tenía sobre ellos; sus preceptos estaban escritos en sus corazones. Cuando el hombre cayó a causa de su transgresión, la ley no fue cambiada, sino que se estableció un sistema de redención para hacerle volver a la obediencia. Se le dio la promesa de un Salvador, y se establecieron sacrificios que dirigían sus pensamientos hacia el futuro, hacia la muerte de Cristo como supremo sacrificio. Si nunca se hubiera violado la ley de Dios, no habría habido muerte ni se habría necesitado un Salvador, ni tampoco sacrificios (Patriarcas y profetas, p. 378). Somos testigos de Cristo y no debemos permitir que los intereses mundanos absorban nuestro tiempo y atención a tal punto que no tomemos en cuenta las cosas que Dios ha dicho que deben ocupar el primer lugar. Hay en juego intereses superiores. "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia". Mateo 6:33. Cristo se dio por entero a la obra que había venido a realizar, y él nos ha dicho: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame". Mateo 16:24. "Y seáis así mis discípulos". Juan 15:8. Cristo se entregó voluntaria y gozosamente a la realización de la voluntad de Dios. Fue obediente hasta la muerte, y hasta la muerte en la cruz. ¿Deberíamos encontrar difícil negamos a nosotros mismos? ¿Deberíamos apartamos para no participar de sus sufrimientos? Su muerte debería conmover cada fibra de nuestro ser y disponemos a consagrar a su obra todo lo que poseemos y lo que somos. Al pensar en lo que él ha hecho por nosotros nuestros corazones deberían llenarse de amor. Cuando los que conocen la verdad practiquen la abnegación ordenada en la Palabra de Dios, el mensaje se proclamará con poder. El Señor oirá nuestras oraciones en favor de la conversión de las almas. El pueblo de Dios dejará brillar su luz y los incrédulos al ver sus buenas obras, glorificarán a nuestro Padre celestial. Relacionémonos con Dios en términos de una obediencia manifestada con abnegación (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 316).

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Escuela Sabática - Domingo 29 de Abril del 2018



SACRIFICIO SUPREMO

Estudiar el sacrificio supremo de Cristo ayuda mucho en la preparación de los creyentes para el tiempo del fin. A menudo, los seres humanos miran hacia el objetivo que tienen delante, y eso tiene sentido. Pero, también es bueno comprender que el objetivo está detrás de ellos. Hablamos del Calvario. El objetivo, que Jesús alcanzó por nosotros, es irreversible, definitivo, y nos da certeza de la meta que tenemos por delante.

Lee Romanos 8:3 ( CB ) ; 1 Timoteo 1:17 ( CB ) y 6:16 ( CB ) ; y 1 Corintios 15:53 ( CB ) .

¿Por qué envió Dios a su Hijo al mundo? Dios envió a Cristo para que fuese una ofrenda por el pecado, para condenar el pecado en la carne. ¿Qué significa esto? Como un ser inmortal, Cristo no podía morir. Por lo tanto, el Señor se hizo humano y asumió nuestra mortalidad sobre sí para que, en efecto, pudiera morir como nuestro Sustituto. Aunque era divino, y aunque era Dios en su naturaleza, Jesús asumió “la condición de hombre” y se humilló a sí mismo, “haciéndose obediente hasta la muerte” en la Cruz (Fil. 2:6-8 ( CB ) ). 

De una manera que solo Dios sabe, la divinidad de Cristo no murió cuando Jesús murió en la Cruz. De alguna forma que escapa a la comprensión humana, la divinidad de Jesús estuvo inactiva durante los nueve meses en el vientre y en los días de la tumba; y durante su vida y ministerio aquí Jesús nunca la usó para ayudar a su humanidad.

Lee Lucas 9:22 ( CB ) . ¿Qué nos dice sobre la intencionalidad de la muerte de Cristo?

Cristo nació para morir. Podemos imaginar que nunca hubo un momento en la eternidad en el que él haya dejado de pensar en las burlas, la flagelación, los azotes y la crucifixión desgarradora que enfrentaría. Este es un amor sin parangón, incomprendido y nunca antes visto. ¿Qué podemos hacer, como seres humanos, ante este tipo de amor, más que caer de rodillas, y adorar con fe y obediencia? ¿Qué nos dice la realidad de la Cruz sobre la inutilidad de los méritos humanos? 

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Lección 5 | Sábado 28 de abril 2018 | Para memorizar | Escuela Sabática




CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL.

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 8:3; Juan 1:29; Apocalipsis 5:12; Hebreos 7:1-28; 9:11-15; Levítico 16:13; Hebreos 9:20-23. 

PARA MEMORIZAR: “Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Fil. 2:9, 10).

Al hablar de Jesús en el Santuario celestial, el libro de Hebreos dice: “Donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (Heb. 6:20).

La Escritura, especialmente el Nuevo Testamento, es muy clara sobre la función de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial, un papel que asumió después de haber completado su obra como nuestro sacrificio aquí en la Tierra (ver Heb. 10:12). 

Esta semana exploraremos el ministerio de Cristo en el Santuario celestial. Su obra de intercesión es esencial para la preparación de su pueblo para el tiempo del fin. Se nos dio esta advertencia importante: “El pueblo de Dios debería comprender claramente el tema del Santuario y el Juicio Investigador. Todos necesitan conocer por si mismos la posición y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar la fe que es esencial en nuestros tiempos u ocupar el puesto al que Dios los llama” (CS 479). ¿Qué está haciendo Cristo por nosotros en el Santuario celestial, y por qué es tan importante para nosotros comprenderlo en estos últimos días? 

Lección 5: Cristo en el Santuario Celestial Para el 5 de mayo de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin

sábado, 28 de abril de 2018

Escuela Sabatica, Miercoles 25 de Abril de 2018

Notas de Elena Cristo en el Santuario celestial



CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL

La gloria de la humanidad de Cristo no se dejó ver cuando estuvo en la tierra. Fue considerado un varón de dolores y experimentado en quebrantos. Por así decirlo, escondimos de él el rostro. Pero él seguía el sendero del plan que Dios había trazado. La misma humanidad aparece ahora mientras desciende del cielo revestido de gloria, triunfante, sublime. Su pueblo creyente han asegurado su llamado y su elección. 

Se levantan en la primera resurrección, y el canto es entonado por incontables voces: "He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron" (Apocalipsis 21:3, 4) (In Heavenly Places, p. 358; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 360). 

No obtenemos fuerza espiritual si solo pensamos en nuestras debilidades y apostasías y lamentamos el poder de Satanás. Esta gran verdad debe ser establecida como principio vivo en nuestra mente y corazón: la eficacia de la ofrenda hecha en favor nuestro; que Dios puede salvar hasta lo sumo a cuantos acuden a él cumpliendo las condiciones especificadas en su Palabra. Nuestra obra consiste en poner nuestra voluntad de parte de la voluntad de Dios.

Luego, por la sangre de la expiación, llegamos a ser partícipes de la naturaleza divina; por Cristo somos hijos de Dios, y tenemos la seguridad de que Dios nos ama, así como amó a su Hijo. Somos uno con Jesús. Vamos adonde Cristo nos conduce; él tiene poder para disipar las densas sombras que Satanás arroja sobre nuestra senda; y en lugar de las tinieblas y el desaliento, brilla el sol de su gloria en nuestro corazón.

Nuestra esperanza ha de quedar constantemente fortalecida por el conocimiento de que Cristo es nuestra justicia. Descanse nuestra fe sobre este fundamento, porque permanecerá para siempre. En vez de espaciamos en las tinieblas de Satanás, y temer su poder, debemos abrir nuestro corazón para recibir luz de Cristo, y dejarla resplandecer para el mundo, declarando que Cristo está por encima del poder de Satanás; que su brazo sostenedor apoyará a todos los que confían en él (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 692, 693). 

No ganamos el cielo por nuestros méritos, sino por los méritos de Cristo ... No se centralice vuestra esperanza en vosotros mismos, sino en Aquel que ha entrado dentro del velo ... En Cristo se centraliza nuestra esperanza de vida eterna ... Nuestra esperanza es un ancla para el alma, segura y firme, cuando entra dentro del velo, pues el alma zamarreada por la tempestad se convierte en participante de la naturaleza divina (A fin de conocerle, p. 80). 

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viernes, 27 de abril de 2018

Resumen | Diálogo Bíblico | Lección 4 | La Salvación y el Tiempo del Fin...

Lección 4 Para estudiar y meditar



PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Podemos tener seguridad de la salvación, pero no debemos ser presuntuosos al respecto. ¿Existe tal cosa como una falsa seguridad de salvación? Por supuesto que sí. Y Jesús lo advirtió al decir: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mat. 7:21-23).

Esta gente cometió dos errores fatales. Primero, a pesar de las grandes cosas que había hecho en nombre del Señor, no hizo la voluntad del Señor, que era obedecer su Ley. Jesús no dijo: “Apartaos de mí” ustedes que no están “sin pecado” o que no están “sin culpa” o que no son “perfectos”. Al contrario, los describió como “hacedores de maldad”, una traducción de anónima, o “sin ley”. 

En segundo lugar, observa su énfasis en sí mismos y en lo que han logrado: ¿No hicimos esto en tu nombre? O ¿No hicimos aquello en tu nombre? O ¿No hicimos esto otro, y todo en tu nombre también? ¡Por favor! ¿Cuán lejos de Cristo deben de estar para llamar la atención sobre sus propias obras en un intento por justificarse delante de Dios? Las únicas obras que nos salvarán son las de Cristo, que nos son acreditadas por la fe. Aquí está nuestra seguridad, no en nosotros mismos ni en nuestras obras, sino solo en lo que Cristo ha hecho por nosotros. ¿Quieres seguridad? Descansa solo en los méritos de la justicia de Cristo, y tendrás toda la seguridad que necesitas. 

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. Al parecer, Martín Lutero dijo: “Cuando me fijo en mí, no sé cómo puedo ser salvo. Cuando miro a Jesús, no sé cómo puedo perderme”. ¿Qué gran acierto encontramos en estas palabras? ¿Por qué es una buena idea conservar esta actitud siempre delante de nosotros? 

2. Reflexiona en esta idea de que hemos sido escogidos para la salvación incluso antes de la fundación del mundo. ¿Por qué esto no significa que todos serán salvos? Si la gente no se salva, ¿será porque Dios no la escogió o por las decisiones que tomó? Analiza esta pregunta en clase.

3. La realidad del panorama del Gran Conflicto ¿cómo nos ayuda a afrontar la realidad del mal incluso en un mundo al que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo aman? 

 Lección 4: La salvación y el tiempo del fin Para el 28 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin

jueves, 26 de abril de 2018

Lección 4 El Evangelio Eterno | Escuela Sabá...




EL EVANGELIO ETERNO

Lee Apocalipsis 14:6 y 7. ¿Qué es el “evangelio eterno”?

Al evangelio se lo denomina “eterno”. Esta es otra evidencia de que Dios no cambia. Un Dios inmutable tiene un evangelio inmutable. Este evangelio eterno les da seguridad a todos los que estén dispuestos a aceptarlo. El evangelio revela el amor inmutable de Dios, y es este mensaje el que necesita llegar al mundo. Todos deben tener una oportunidad para escucharlo y necesitan hacerlo, por lo que Dios ha llamado a su pueblo a difundirlo.

“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efe. 1:4, 5). ¿Qué nos dice esto acerca de cuán “eterno” es el evangelio?

Escogidos en él “antes de la fundación del mundo”. ¡Hablando de evangelio “eterno”! Incluso antes de la creación de este mundo, el plan de Dios era que tuviéramos salvación en él.

Reflexiona en algunas de estas palabras: “escogido”, “predestinado”, “puro afecto”, “adopción”. En estos dos versículos, observa el énfasis del deseo de Dios de que tengamos vida eterna “en él”. Y el hecho de que Dios haya hecho todo esto en la eternidad pasada (ver además 2 Tes. 2:13; 2 Tim. 1:9) apunta claramente a su gracia, al mostrar que nuestra salvación no proviene de algo que podamos hacer ni de ningún mérito que tengamos como criaturas, sino como un acto que surge enteramente del propio carácter amante de Dios.

¿De qué modo podría la salvación provenir de algo que pudiésemos hacer, si fuimos escogidos para ser salvos en él incluso antes de existir? Está en nosotros elegir si la aceptamos o la rechazamos.

Y, ¿cómo se manifiesta esta decisión en la vida de los escogidos? Siendo “santos y sin mancha delante de él, en amor” (Efe. 1:4). Para esto también fuimos escogidos.

Somos llamados a difundir el “evangelio eterno” al mundo como parte del mensaje del tiempo del fin antes del regreso de Cristo. ¿Por qué debemos conocer y experimentar la realidad del “evangelio eterno” en nuestra vida antes de poder compartirla con los demás?

Lección 4: La salvación y el tiempo del fin
Para el 28 de abril de 2018
Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018
PREPARACIÓN para el tiempo del fin

miércoles, 25 de abril de 2018

Lección 4 La seguridad de la salvación | ...



La seguridad de la salvación.

Algunos adventistas del séptimo día se preguntan si serán salvos. Les falta seguridad y anhelan conocer su futuro, en términos de vida eterna. Se esfuerzan por ser buenos y, sin embargo, se quedan cortos. Miran introspectivamente y es poco lo que encuentran que los anime en su experiencia de vida. 

Cuando vemos la inmensa brecha entre el carácter de Jesús y el nuestro, o cuando leemos un versículo como “estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mat. 7:14), ¿quién no tiene momentos en los que se pregunta si lo logrará?

A fin de estar preparados para el tiempo del fin, debemos contar con la seguridad de la salvación en el presente. Debemos deleitarnos en la realidad de la salvación para enfrentar el futuro sin temor. Como hemos visto, toda la Deidad trabaja para salvarnos y, por lo tanto, podemos y debemos vivir con la seguridad de nuestra salvación. 

Lee los siguientes versículos. ¿Qué esperanza y garantías extraemos de ellos con respecto a la salvación, y lo que Dios ha hecho por nosotros y lo que promete hacer?

 Sal. 91:15, 16
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

Joel 2:31, 32 


 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.


Juan 10:28 
        Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás,         ni nadie las arrebatará de mi mano.

Rom. 10:9-13 
        Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y                        creyeres  en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,              serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero           con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice:           Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no          hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es                  Señor  de todos, es rico para con todos los que le invocan;                porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será                 salvo.

1 Juan 5:11-13
        Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado           vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
     El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene       al Hijo de Dios no tiene la vida.
     Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis           en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis           que tenéis vida eterna, y para que creáis en el           nombre del Hijo de Dios.

 Se nos llama, e incluso se nos ordena, llevar una vida santa, pero esta vida es el resultado de haber sido salvados por Cristo, no el medio para lograr esa salvación. Aunque debemos ser fieles, incluso hasta la muerte, siempre debemos depender del don divino como nuestra única esperanza de salvación. El pueblo de Dios será hallado fiel y obediente en los últimos días, una fidelidad y una obediencia que surgen de la seguridad de lo que Cristo ha hecho por él. ==================================== Lección 4: La salvación y el tiempo del fin Para el 28 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin

martes, 24 de abril de 2018

Notas de Elena - 24 de Abril del 2018 - El amor del Espíritu



EL AMOR DEL ESPÍRITU

El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes --el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo (El evangelismo, p. 446). 

Nunca se deben estudiar las Sagradas Escrituras sin oración. Antes de abrir sus páginas debemos pedir la iluminación del Espíritu Santo, y ésta nos será dada. El Espíritu Santo exalta y glorifica al Salvador. Está encargado de presentar a Cristo, la pureza de su justicia y la gran salvación que obtenemos por él. El Señor Jesús dijo: El Espíritu "tomará de lo mío, y os lo anunciará". Juan 16: 14. El Espíritu de verdad es el único maestro eficaz de la verdad divina. ¡Cuánto no estimará Dios a la raza humana, siendo que dio a su Hijo para que muriese por ella, y manda su Espíritu para que sea de continuo el maestro y guía del hombre! (El camino a Cristo, p. 91 ). 

[El Espíritu Santo] viene al mundo como el representante de Cristo. No es solamente un Testigo fiel y verdadero de la Palabra de Dios, sino que es el escudriñador de los pensamientos y los propósitos del corazón. Es la fuente a la cual debemos acudir para la eficacia de la restauración de la imagen moral de Dios en el hombre. En las escuelas de los profetas, buscaban con ansias el Espíritu Santo; su influencia transformadora armonizaba los pensamientos con la voluntad de Dios, y establecía una conexión viva entre la tierra y el cielo (Fundamentals of Christian Education, p. 526).

Sobre los discípulos que esperaban y oraban vino el Espíritu con una plenitud que alcanzó a todo corazón. El Ser Infinito se reveló con poder a su iglesia. Era como si durante siglos esta influencia hubiera estado restringida, y ahora el Cielo se regocijara en poder derramar sobre la iglesia las riquezas de la gracia del Espíritu. Y bajo la influencia del Espíritu, las palabras de arrepentimiento y confesión se mezclaban con cantos de alabanza por el perdón de los pecados. Se oían palabras de agradecimiento y de profecía. Todo el Cielo se inclinó para contemplar y adorar la sabiduría del incomparable e incomprensible amor. Extasiados de asombro, los apóstoles exclamaron: "En esto consiste el amor". Se asieron del don impartido. ¿Y qué siguió? La espada del Espíritu, recién afilada con el poder y bañada en los rayos del cielo, se abrió paso a través de la incredulidad. 

Miles se convirtieron en un día. "Es necesario que yo vaya -había dicho Cristo a sus discípulos-; porque si yo no fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré". "Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir". Juan 16:7, 13 (Los hechos de los apóstoles, p. 31). 

================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA II TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

Escuela Sabatica, Martes 24 de Abril de 2018

lunes, 23 de abril de 2018

Notas de Elena El amor de Cristo




El amor de Cristo por nosotros.

Aunque la Palabra de Dios habla de la humanidad de Cristo cuando estuvo en esta tierra, también habla definidamente acerca de su preexistencia. El Verbo existía como un ser divino, como el Hijo eterno de Dios en unión y en unidad con el Padre. Desde la eternidad era el Mediador del pacto, aquel en quien serían bendecidas todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, si lo aceptaban. "El Verbo, era con Dios, y el Verbo era Dios". Juan 1: l. Antes de que los ángeles fuesen creados, el Verbo estaba con Dios, era Dios (El evangelismo, p. 446).

¡Pensad en lo que la obediencia de Cristo significa para nosotros! Significa que con la fortaleza de él nosotros también podemos obedecer. Cristo fue un ser humano. Sirvió a su Padre celestial con toda la fortaleza de su naturaleza humana. Tiene una naturaleza doble: es, al mismo tiempo, humana y divina. Es tanto Dios como hombre. Cristo vino a este mundo para mostrarnos lo que Dios puede hacer y lo que nosotros podemos hacer en cooperación con Dios. Fue al desierto en la carne humana para ser tentado por el enemigo. Sabe lo que es tener hambre y sed. Conoce las debilidades y flaquezas de la carne. Fue tentado en todo como nosotros somos tentados.

Nuestro rescate ha sido pagado por nuestro Salvador. Nadie necesita estar esclavizado por Satanás. Cristo está ante nosotros como nuestro ejemplo divino, nuestro ayudador todopoderoso. Hemos sido comprados por un precio que es imposible de calcular. ¿Quién puede medir la bondad y misericordia del amor redentor? (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1074). 

Al contemplar a Cristo, nos detenemos en la orilla de un amor inconmensurable. Nos esforzamos por hablar de este amor, pero nos faltan las palabras. Consideramos su vida en la tierra, su sacrificio por nosotros, su obra en el cielo como abogado nuestro, y las mansiones que está preparando para aquellos que le aman; y solo podemos exclamar: ¡Oh! ¡qué altura y profundidad las del amor de Cristo! "En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo en propiciación por nuestros pecados". "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios". 1 Juan 4: 10; 3:1 (Los hechos de los apóstoles, p. 268). 

El amor de Cristo por sus hijos es tan vigoroso como tierno. Es un amor más fuerte que la muerte, pues él murió por nosotros. Es un amor más verdadero que el de una madre por su hijo. El amor de la madre puede cambiar, pero el amor de Cristo es inmutable ... En cada prueba tenemos consolación eficaz. ¿No se conmueve nuestro Salvador al comprender nuestras debilidades? ¿No ha sido tentado en todo como nosotros? ¿Y no nos ha invitado a llevarle cada prueba y perplejidad? Entonces no nos aflijamos por las cargas del mañana. Valerosamente y alegremente llevemos las cargas de hoy. Hemos de tener la confianza y la fe para hoy. Pero no se nos exige vivir más que un día a la vez. El que da fuerza para hoy dará fuerza para mañana (In Heavenly Places, p. 269; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 271 ).

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Escuela Sabática - Lunes 23 de Abril del 2018




El amor de Cristo.

El pecado separó a la raza humana de Dios; un abismo incipiente se abrió entre ellos y, a menos que ese abismo se cerrara, la humanidad estaría condenada a la destrucción eterna. El golfo era profundo y peligroso. Se necesitaba algo totalmente increíble para resolver el problema del pecado y reunir a la humanidad pecadora con un Dios justo y santo. Requería que Alguien eterno como Dios mismo, Alguien tan divino como Dios mismo, se convirtiese en un ser humano y, en esa humanidad, se ofreciese como sacrificio por nuestros pecados. 

Lee Juan 1:1 al 3 y 14, y Filipenses 2:5 al 8. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca de quién es Jesús?

Cristo era eterno y no dependía de nadie ni de nada para su existencia. Él era Dios; no la mera apariencia exterior de Dios, sino Dios mismo. Su naturaleza esencial era divina y eterna. Jesús retuvo esa divinidad, pero se convirtió en ser humano para guardar la Ley en carne humana y morir como sustituto de quienes han violado la Ley, que somos todos nosotros (Rom. 3:23). 

Cristo se hizo humano, sin ninguna ventaja sobre los demás seres humanos. Guardó la Ley de Dios no mediante su poder divino e interno, sino confiando en el mismo poder divino y externo disponible para cualquier otro ser humano. Jesús era completamente Dios y completamente humano.

Esto significa que el que sostiene “todas las cosas con la palabra de su poder” (Heb. 1:3) era el mismo que fue hallado como un “niño acostado en el pesebre” (Luc. 2:16). Significa que el que “es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Col. 1:17) es el mismo que, como niño humano, “crecía en sabiduría y en estatura” (Luc. 2:52). Esto significa que Aquel sin quien “nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3) es el mismo al que “mataron colgándolo de un madero” (Hech. 5:30).

Si todo esto nos revela el amor de Cristo por nosotros, y el amor de Cristo por nosotros no es más que una manifestación del amor del Padre por nosotros, ¡entonces no es de extrañar que tengamos tantas razones para regocijarnos y ser agradecidos! Lee Romanos 8:38 y 39. ¿En qué medida lo que leímos en el estudio de hoy nos da poderosas razones para confiar en lo que Pablo nos dice aquí?

====== LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA I TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Daniel Herrera Desde: Guatemala

domingo, 22 de abril de 2018

Notas de Elena | Domingo 22 de abril 2018 | El amor del Padre | Escuela ...

La salvación y el tiempo del fin. Lección 4 para el 28 de abril de 2018

Escuela Sabática - Domingo 22 de Abril del 2018

Lección 4 | Domingo 22 de abril 2018 | El amor del Padre | Escuela Sabática




EL AMOR DEL PADRE

No mucho antes de la Cruz, Jesús habló con su círculo íntimo sobre el modo en que las personas pueden ir al Padre a través de él. Fue allí cuando Felipe dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (Juan 14:8). ¿Cómo le respondió Jesús a Felipe? Juan 14:9. Esta respuesta ¿qué nos muestra acerca del Padre, y qué conceptos erróneos sobre Dios debería despejar? 

Algunos dicen que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios de justicia en comparación con el del Nuevo Testamento, que está lleno de misericordia, gracia y perdón. Hacen entre los dos una distinción que no es válida. Es el mismo Dios, con los mismos rasgos, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Una de las razones por la que Cristo vino a este mundo fue para revelar la verdad acerca de Dios el Padre. 

A lo largo de los siglos, se habían generalizado ideas equivocadas acerca de él y de su carácter, no solo entre los paganos, sino también entre la nación escogida por Dios. “La Tierra quedó a oscuras por causa de una falsa interpretación de Dios. Para que pudiesen iluminarse las lóbregas sombras, con el fin de que el mundo pudiera ser traído de nuevo a Dios, debía romperse el poder engañoso de Satanás” (DTG 13). 

Dios no cambia. Si conociéramos bien todos los hechos que rodearon los acontecimientos del Antiguo Testamento, descubriríamos que Dios es igual de misericordioso en ambos Testamentos. La Biblia declara: “Dios es amor” (1 Juan 4:8) y Dios no cambia. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb. 13:8). Recuerda, también, que fue el Dios del Antiguo Testamento el que pendió de la Cruz. Este Dios también es lento para la ira; es fiel, compasivo y misericordioso; y está lleno de amor (Éxo. 34:6, 7). Dios tiene un amor infalible (Sal. 143:8) y se deleita en sus seguidores (Sal. 147:11). Dios planea darle prosperidad y esperanza a la gente (Jer. 29:11). En su amor, ya no reprende sino que se regocija por su pueblo con cantos (Sof. 3:17). Esto, y mucho más, es Dios el Padre. Piensa en el hecho de que Jesús representa a Dios el Padre. ¿Por qué es una verdad tan maravillosa y esperanzadora, especialmente para aquellos que, a veces, podrían tener miedo de Dios?

 ======== Lección 4: La salvación y el tiempo del fin Para el 28 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin

sábado, 21 de abril de 2018

alejandro bullon - EL MIEDO Y DESESPERACIÓN EN TÚ CORAZÓN | PREDICAS ADV...

Notas de Elena - 21 de Abril del 2018 - La salvación y el tiempo del fin



LA SALVACIÓN Y EL TIEMPO DEL FIN

Satanás está determinado a que los hombres no vean el amor de Dios que lo indujo a dar a su Unigénito para salvar a la raza perdida, pues es la bondad de Dios la que guía a los hombres al arrepentimiento.

¿Cómo tendremos éxito en presentar delante del mundo el profundo y precioso amor de Dios? En ninguna otra forma podremos abarcarlo, a menos que exclamemos: "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios". 1 Juan 3:1. Digamos a los pecadores: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Juan 1 :29. Presentando a Jesús como el representante del Padre, podremos despejar la sombra que Satanás ha proyectado sobre nuestro sendero a fin de que no veamos la misericordia y el inexpresable amor de Dios como se manifiestan en Jesucristo. Mirad a la luz del Calvario. Es una promesa permanente del ilimitado amor, de la infinita misericordia del Padre celestial (Mensajes selectos, t. 1, p. 183).

No pienses que quizá Dios perdonará tus transgresiones y permitirá que vayas a su presencia. Dios ha dado el primer paso. Aunque te habías rebelado contra él, salió a buscarte. Con el tierno corazón del pastor, dejó las noventa y nueve y salió al desierto a buscar la que se había perdido. Toma en sus brazos de amor al alma lastimada, herida y a punto de morir, y gozosamente la lleva al aprisco de la seguridad. Los judíos enseñaban que antes de que se extendiera el amor de Dios al pecador, éste debía arrepentirse. A su modo de ver, el arrepentimiento es una obra por la cual los hombres ganan el favor del cielo. 

Y éste fue el pensamiento que indujo a los fariseos a exclamar con asombro e ira: "Este a los pecadores recibe". De acuerdo con sus ideas, no debía permitir que se le acercaran sino los que se habían arrepentido. Pero en la parábola de la oveja perdida, Cristo enseña que la salvación no se debe a nuestra búsqueda de Dios, sino a su búsqueda de nosotros. "No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se apartaron". Romanos 3:11, 12.

 No nos arrepentimos para que Dios nos ame, sino que él nos revela su amor para que nos arrepintamos (Palabras de vida del gran Maestro, p. 147). El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios en los cielos y en la tierra, y debe ser el fundamento del carácter del cristiano ... Y el amor se revelará en el sacrificio ... El don de Dios en favor del hombre excede a todo cálculo. Nada se escatimó. Dios no podía permitir que se dijera que podía haber hecho algo más, que podía revelar a la humanidad un amor mayor. En el don de Cristo, dio todo el cielo (La maravillosa gracia de Dios, p. 176). 

========= NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA II TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

Lección 4 | Sábado 21 de abril 2018 | Para memorizar | Escuela Sabática

viernes, 20 de abril de 2018

Los Líderes de las principales Religiones del mundo firman acuerdos para unirse sin condiciones



17.04.2016 / En septiembre de 2014, los líderes de las principales religiones del mundo se reunieron en Seúl, Corea a firmar un acuerdo para unir a todas las religiones sin condiciones en aras de la “paz mundial”.

En Diciembre 2014 líderes de todas las religiones y el Papa Francisco firmaron un acuerdo contra el tráfico de personas y la esclavitud. Fuente. Fuente 2.

En 2015 Líderes Religiosos y Espirituales firmaron una declaración respecto al Cambio Climático. Lo que observamos no son sólo `sugerencias´ de estos líderes religiosos. Se trata de acuerdos incondicionales que se están firmando, a la que todas estas religiones ahora estarán subordinadas. 

Ahora la pregunta es, ¿bajo qué o quién se unirán todas estas religiones? Es decir, ellos no pueden juntarse de manera adecuada sin unirse bajo el liderazgo de alguien o de alguna otra institución. Entonces, ¿quién va a ser? ¿Bajo la autoridad de quién van a unirse? He aquí unos cuantos titulares recientes de grandes medios de comunicación que aclaran esta pregunta: 









¿Se da cuenta de lo que está ocurriendo? Debe quedar claro que el mundo se va a unir bajo el liderazgo de la Iglesia papal de Roma. Y Dios reveló a través de la profecía bíblica que esto iba a suceder en el “tiempo del fin” antes de su retorno glorioso!

 Se nos dice en Apocalipsis 13 que el mundo maravillará en pos de “la bestia”(el papado del Vaticano) al ver su retorno al poder mundial. Estudie el tema 42 de este seminario. Y Apocalipsis 17 nos revela que “los reyes de la tierra” tendrán “un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.” 

La pregunta es: ¿Cómo está su fe? ¿Está usted listo para permanecer firme en un “así dice el Señor” y un “está escrito”, con el mundo en contra de usted a nivel espiritual? 

Apocalipsis 18:4 dice: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y que no recibáis de los de su plagas.” 

Fuente: http://www.end-times-prophecy.org/end-times-news.html 

Fuente foto: http://images.clarin.com/mundo/Declaracion-llama-erradicar-esclavitud-AP_CLAIMA20141202_0217_27.jpg 

Artículo traducido por Alexandro Valmaceda 

Tomado de:





LECCIÓN 3 | JESÚS Y EL LIBRO DE APOCALIPSIS| PR.ROBERT COSTA

TRES VECES LIBRE.



Tres veces libre.

«Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres». Juan 8: 36 

UN INTENSO DOLOR DE CABEZA me atormentaba; no podía conciliar el sueño. Los médicos no sabían lo que me pasaba, no sabían qué medicamento prescribirme e incluso llegaron a sugerir que mi problema no tenía cura. Mis padres, miembros de la Iglesia Presbiteriana, invitaban constantemente a los ancianos de la iglesia a casa para que oraran por mí, pero mi salud no mejoraba; al contrario, con el correr de los días, seguía empeorando. Frecuentemente escuchaba voces que me decían que ellos destruirían mi vida hasta llevarme a la tumba y llegué a pensar que me estaba volviendo loco. 

Tenía en mi poder una Biblia en idioma tzeltal, pues esa es mi lengua materna. Muchas veces traté de estudiarla pero Satanás se enfurecía totalmente y hasta oí claramente cuando me ordenó que la quemara y casi me obligó a levantarme de la cama y echarla al fuego. Nunca le obedecí y le pedí a mi familia que la protegieran de cualquier acto de locura que pudiera cometer. Aun en la condición que me encontraba, los dirigentes presbiterianos me nombraron su predicador.

Cierto día fui a casa de mi tía María, que es adventista del séptimo día, para que me suministrara un medicamento. Allí estaban realizando un culto dirigido por personas que yo no conocía, pero amablemente me invitaron a quedarme. Al terminar la reunión me dieron un curso bíblico para estudiar. Pasaron tres semanas y finalmente me animé a estudiar ese folleto que me habían regalado. Mientras estudiaba cuidadosamente este folleto me sorprendí cuando llegue a la parte que hablaba sobre el sábado. Mi sorpresa fue mayor al descubrir que el sábado no había sido abolido y lloré mucho por los hermanos que me habían elegido como su predicador y por mi familia que guardaba el domingo. Fue difícil aceptar que estaba equivocado.

Decidí hacer lo mejor y acepté la verdad del sábado como el día de adoración a Dios. El pastor adventista me visitó y decidí aceptar a Jesús y le entregué mi vida por medio del bautismo por inmersión. Mi familia se molestó mucho y he tenido serios problemas por causa de mi fe, pero hoy estoy sano y sirvo al Dios que me libró del pecado, del error y de la muerte. 

Samuel Guzmán López, México DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018 365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ Lecturas devocionales para Jóvenes 2018

Cómo obtener. la paz que Cristo ofrece



Cómo obtener la paz que Cristo ofrece.

 «Ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación». Efesios 2: 13, 14 

Cuando el mundo estaba hundido en la miseria y muy lejos de Dios, Cristo vino para traer redención. Si no hubiese venido a darnos esperanza, este mundo ya habría llegado a su fin. Gracias a la presencia de Cristo entre nosotros, podemos tener paz, esa paz que es un don de Dios para los que creen. Es tranquilidad y sosiego, descanso, seguridad y confianza en Cristo. Pero, ¿cómo se consigue esa paz?

El secreto está en la fe en Dios. Así lo declara el apóstol Pablo: «El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo» (Romanos 15:13). La paz de Dios nos sostiene cuando sentimos aflicción o soledad (Juan 16:33), y nos da confianza incondicional en el Redentor, aunque las cosas no funcionen como nosotros esperábamos. Es más, guardar los mandamientos de Dios produce en nosotros paz abundante (Isaías 48: 18); en la obediencia impulsada por el amor a Dios, encontramos el secreto de la verdadera paz. 

Hace algunos años, una madre viuda viajaba por las montañas de Escocia cuando fue sorprendida por una tempestad de nieve que le impidió llegar a su destino. Pasó toda la noche luchando contra el frío y, a la mañana siguiente, la encontraron muerta; sin embargo, en su regazo encontraron vivo a su bebé, a quien había cubierto con todo lo que traía. De la misma manera, Dios ofreció su vida para salvar a sus hijos y, a partir de ese momento, Dios protege en su regazo a todos aquellos que creen en él. Nunca debemos olvidar esta buena noticia: Jesús dio su vida para que tú y yo tengamos paz y seamos salvos mediante su vida. 

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2018 FUENTES DE VIDA David Javier Pérez Lecturas devocionales para Adultos 2018 

jueves, 19 de abril de 2018

Pr Bullon - Lección 3 - Jesús y el libro de Apocalipsis

Notas de Elena - 19 de Abril del 2018 - Cristo en Apocalipsis II Parte



CRISTO EN APOCALIPSIS: SEGUNDA PARTE

Juan, exilado en la isla de Patmos ... oye que una voz dice: "Yo soy el Alfa y la Omega". Vers. 11. Cae como muerto de asombro al escucharla. Es incapaz de soportar la visión de la gloria divina. Pero una mano levanta a Juan y oye una voz que le recuerda la de su Maestro. Se fortalece y puede hablar con el Señor Jesús.

Así será con el pueblo remanente de Dios que está esparcido: algunos en la espesura de la montaña, otros exilados, otros perseguidos.

Cuando se oiga la voz de Dios y se manifieste el resplandor de su gloria, cuando termine la prueba y desaparezca la escoria, se percatarán de que están ante la presencia del que los redimió con su propia sangre. Lo que Cristo fue para Juan en el exilio lo será para su pueblo que sentirá la mano de la opresión a causa de su fe y testimonio por Cristo ... no hay lugar donde [sus ojos] no puedan penetrar, no hay aflicciones o sufrimientos de su pueblo que escapen a la simpatía de Cristo (A fin de conocerle, p. 362).

No debemos nunca olvidar que el amor --el amor de Cristo- es el único poder que puede enternecer el corazón e inducirlo a la obediencia. Todas las grandes verdades de las Escrituras se centralizan en Cristo; debidamente comprendidas todas conducen a él. 

Preséntese a Cristo como el alfa y la omega, el principio y el fin del gran plan de redención. Presentad a la gente temas tales que fortalezcan su confianza en Dios y en su Palabra y la induzcan a investigar sus enseñanzas por sí misma. Y a medida que los hombres avancen paso a paso en el estudio de la Biblia, estarán mejor preparados para apreciar la hermosura y la armonía de estas preciosas verdades (El evangelismo, p. 354).

El Señor Jesús dice: "Porque separados de mí nada podéis hacer". Nuestro crecimiento en la gracia; nuestro gozo, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Solo estando en comunión con él diariamente y permaneciendo en él cada hora es como hemos de crecer en la gracia. Él no es solamente el autor de nuestra fe sino también su consumador. Ocupa el primer lugar, el último y todo otro lugar. Estará con nosotros, no solo al principio y al fin de nuestra carrera, sino en cada paso del camino ... 

Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti". Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indicare su providencia. Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo. 

La vida en Cristo es una vida de reposo. Tal vez no haya éxtasis de los sentimientos, pero debe haber una confianza continua y apacible. Tu esperanza no se cifra en ti mismo, sino en Cristo. Tu debilidad está unida a su fuerza, tu ignorancia a su sabiduría, tu fragilidad a su eterno poder. Así que no has de mirar a ti mismo ni depender de ti, sino mirar a Cristo. Piensa en su amor, en la belleza y perfección de su carácter (El camino a Cristo, pp. 69, 70). 

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Diálogo Bíblico | Jueves 19 de abril 2018 | Cristo en Apocalipsis: 2da p...

Lección 3 | Jueves 19 de abril 2018 | Cristo en Apocalipsis: segunda par...



CRISTO EN APOCALIPSIS:

SEGUNDA PARTE 

Lee Apocalipsis 1:10 al 18. ¿Qué dice Jesús de sí mismo?

Jesús aparece en estos versículos de pie en el primer departamento del Santuario celestial. Su revelación de sí mismo en esta función fue tan grande que Juan cayó a sus pies con miedo. Jesús, siempre reconfortante, le dice que no tenga miedo y se señala a sí mismo como el Alfa y la Omega, el Primero y el Último: referencias a su existencia eterna como Dios. Más adelante habla de su muerte, y de su resurrección y la esperanza que esta trae. Jesús tiene las llaves de “la muerte y del Hades”. En otras palabras, Jesús le dice a Juan lo que le dijo a Marta al morir su hermano, palabras que Juan también registró: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25, 26). Con Marta y ahora con Juan, Jesús nos llama la atención a la esperanza de la resurrección, la culminación y el clímax de la fe cristiana. Sin ella, ¿qué esperanza hay?

Lee Apocalipsis 22:7, 12 y 13. ¿Qué revelan también estos versículos acerca de Jesús?

“Cristo Jesús es el Alfa y la Omega, el Génesis del Antiguo Testamento y el Apocalipsis del Nuevo Testamento. Ambos se reúnen en Cristo. Adán y Dios son reconciliados por la obediencia del segundo Adán, quien cumplió la obra de vencer las tentaciones de Satanás y de reparar el vergonzoso fracaso y caída de Adán” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 6:1.092).

Sí, Jesús es el Principio y el Fin. Él nos creó en el principio, y nos recreará al final. De principio a fin, el libro Apocalipsis nos enseña no solo sobre la historia, sino también sobre los acontecimientos del tiempo del fin; por lo tanto, sigue siendo el Apocalypsis Iesou Christou, la Revelación de Jesucristo. 

Nuevamente, en cualquier cosa que estudiemos acerca de los acontecimientos finales, Jesucristo debe ser el centro de todo. ¿De qué manera podamos mantener a Jesús todos los días en el centro de nuestra vida? 

================================ Lección 3: Jesús y el Libro de Apocalipsis Para el 21 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin

lunes, 16 de abril de 2018

1 DANIEL HERRERA Lección 3, Domingo 15 de Abril 2018, Escuela Sabática, ...





Consideraciones del Apocalipsis:


1) Revelación. Luz.

2) Una parte ya se cumplió: la histórica.

3) Tiene muchos símbolos, la Biblia los esclarece.

4) Muestra los acontecimientos finales a la iglesia, antes que sucedan, para que su fe se consolide.

5) Es un mensaje de amor de Dios a su pueblo. Lo alienta a vencer.

Lección 3 | Domingo 15 de abril 2018 | La estructura de Apocalipsis | Es...




LA ESTRUCTURA DE APOCALIPSIS


Entre las muchas cosas que los libros de Daniel y Apocalipsis tienen en común son sus dos divisiones básicas: histórica y escatológica (eventos del tiempo del fin). Ambos conceptos están íntimamente relacionados en cada libro. Podemos visualizar los acontecimientos históricos como precursores (o ejemplos, aunque en menor escala) de grandes acontecimientos mundiales en los últimos días. Es decir, al estudiar lo que pasó en la historia del Antiguo Testamento, podemos tener pistas de lo que sucederá en nuestros días y en el futuro. No obstante, este principio no se limita solamente a Daniel y Apocalipsis.

Lee 1 Corintios 10:1 al 11. En estos versículos, ¿en qué aspectos vemos el principio arriba mencionado?

Como estudiamos la semana pasada, algunas de las historias de Daniel (Dan. 3:6, 15, 27; 6:6-9, 21, 22) fueron incidentes históricos localizados que reflejan, de alguna manera, los acontecimientos del tiempo del fin descritos en Apocalipsis. Al estudiar estas historias, podemos obtener vislumbres o pistas, al menos en una escala más amplia, de algunas de las cosas que el pueblo de Dios enfrentará en el fin. Sin embargo, quizás el aspecto más importante es que, más allá de nuestra situación inmediata aquí, tenemos garantizada la liberación final. Todo lo demás que enseña el libro de Apocalipsis les garantiza la victoria a los fieles.

Aunque hay algunas excepciones, la sección histórica de Apocalipsis son los capítulos 1 al 11, seguidos por los capítulos 13 al 22, referentes al tiempo del fin. Lee Apocalipsis 12:1 al 17. ¿Dónde deberíamos colocar este capítulo: en la sección histórica o en la de los acontecimientos finales? ¿Por qué? Como podemos ver, este capítulo pertenece a ambos segmentos. ¿Por qué? Debido a que habla de conflictos históricos: la expulsión de Satanás del cielo (Apoc. 12:7-9), el ataque de Satanás al niño Jesús (Apoc. 12:4) y la posterior persecución de la iglesia en la historia eclesiástica (Apoc. 12:14-16), seguida por una descripción del ataque del diablo al remanente del tiempo del fin (Apoc. 12:17). 

Se ha dicho que una de las lecciones que aprendemos de la historia es que nunca aprendemos de la historia. La idea es que, independientemente de la época en que viva, la gente sigue cometiendo los mismos errores. Con tanta historia en nuestras espaldas de la cual aprender, ¿cómo podemos evitar cometer los mismos errores?

 ================================= Lección 3: Jesús y el Libro de Apocalipsis Para el 21 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018 PREPARACIÓN para el tiempo del fin

Lección 3 | Sábado 14 de abril 2018 | Para memorizar | Escuela Sabática



LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Corintios 10:1-11; Apocalipsis 12:1-17; 19:11-15; Efesios 1:20; Apocalipsis 11:19; 1:10-18. 

PARA MEMORIZAR: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apoc. 3:21).

Una verdad importante: el Nuevo Testamento está directamente ligado al Antiguo Testamento. Vez tras vez, los evangelios y las epístolas se refieren a acontecimientos del Antiguo Testamento o lo citan en forma directa o indirecta.

Y, al referirse a sí mismo y a su ministerio, ¿con cuánta frecuencia Jesús mencionó que debían “cumplirse” las “Escrituras”? (Ver Mat. 26:54, 56; Mar. 14:49; Juan 13:18; 17:12.)

Lo mismo puede decirse del libro de Apocalipsis. De hecho, es casi imposible entender el libro de Apocalipsis si prescindimos del Antiguo Testamento, especialmente el libro de Daniel. Esta es una de las razones por las que, a menudo, estudiamos ambos libros juntos. Un aspecto vital de las referencias del Antiguo Testamento en Apocalipsis es que, junto con el resto del libro, revelan a Cristo.

La revelación tiene que ver con Jesús, con quién es él, con lo que ha hecho por su pueblo y con lo que hará por nosotros en el tiempo del fin. Necesariamente, cualquier énfasis en los acontecimientos finales debe poner a Jesús en un lugar protagónico, que es exactamente lo que hace Apocalipsis. La lección de esta semana contempla a Jesús en este libro. 

============ Lección 3: Jesús y el Libro de Apocalipsis Para el 21 de abril de 2018 Escuela Sabática – Segundo trimestre 2018

domingo, 15 de abril de 2018

Domingo 15 de abril 2018 | Devoción Matutina Adultos | Un sábado en la t...



Un sábado en la tumba de José de Arimatea

«Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea, fueron y vieron el sepulcro, y se fijaron en cómo habían puesto el cuerpo. Cuando volvieron a casa, prepararon perfumes y ungüentos». Lucas 23: 55, 56, DHH 

A LAS TRES DE LA TARDE DEL VIERNES, tras un largo día de tortura y sufrimiento, Jesús murió y, a la puesta del sol, fue sepultado en la tumba de José de Arimatea para descansar en el sueño de la muerte todo el sábado. Los discípulos, dispersos, vivieron un día de amarga tristeza. En el templo reinaba el desconcierto, pues la pesada cortina que separaba los compartimentos del Santuario se había rasgado de arriba abajo, y los enfermos que llegaban allí no encontraban al Sanador. Pilato permitió que se colocara un sello de seguridad sobre la piedra que cerraba la tumba, y ordenó a los soldados vigilar el sepulcro de Jesús.

El corazón de Simón de Cirene, del ladrón en la cruz y del centurión romano fueron tocados por Dios durante la crucifixión de Jesús y se habían puesto de parte de él. Simón de Cirene llevó la cruz de Jesús, pues él no podía cargarla, y este privilegio lo indujo a llevar la verdadera cruz de Cristo y a oír su llamado. La Biblia afirma que el sábado que Cristo pasó en la tumba no fue un sábado ceremonial sino el sábado semanal del mandamiento. Lucas narra que las mujeres que acompañaron a Cristo hasta su crucifixión no se quedaron junto a la tumba, sino que regresaron a sus hogares para adorar a Dios y guardar el mandamiento (Lucas 23: 56). Tanto ellas como los apóstoles estaban deseosos de que pasara el sábado para correr a la tumba, pero por temor a los judíos no acudieron al sepulcro al ocultarse el sol. El domingo, muy temprano, regresaron al sepulcro, pero Jesús había resucitado y Satanás había sido derrotado. La victoria sobre el mal estaba asegurada y Cristo estaba listo para llenar todo corazón de esperanza de vida eterna. El Cordero de Dios había muerto por el pecador y ya no era preciso hacer más sacrificios. Cristo y sus discípulos nos enseñan que el sábado es de suma importancia descansando en él conforme al mandamiento. Que el sábado siga siendo siempre especial para nosotros. 

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2018 FUENTES DE VIDA David Javier Pérez Lecturas devocionales para Adultos 2018

sábado, 14 de abril de 2018

Notas de Elena | Sábado 14 de abril 2018 | Jesús y el libro de Apocalips...



Jesús y el libro de Apocalips...


La Palabra de Dios es nuestra consejera; porque nos trasporta de una edad a otra, dando testimonio de la invariabilidad de la verdad. No se ha gastado ninguna de las antiguas defensas de la Palabra de Dios, apropiada para épocas especiales. Ninguna parte de la Biblia ha envejecido ni ha muerto. Debemos estudiar hoy la historia antigua del pueblo de Dios, para que podamos beneficiarnos con las enseñanzas e incidentes por ella registrados (Mi Vida hoy, p. 25).

Nadie piense que al no poder explicar el significado de cada símbolo del Apocalipsis, es inútil seguir escudriñando el libro en un esfuerzo de conocer el significado de la verdad que contiene. El que reveló0 esos misterios a Juan dará al investigador diligente de la verdad un goce anticipado de las cosas celestiales. Los que tengan sus corazones abiertos para la recepción de la verdad, serán capacitados para entender sus enseñanzas, y se les otorgará la bendición prometida a los que "oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas". 

En el Apocalipsis todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan. En él está el complemento del libro de Daniel. Uno es una profecía, el otro una revelación (Hechos de los apóstoles, p. 467). Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo hemos de amonestar a la gente acerca del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que la profecía ha revelado. Si nuestros hermanos estuvieran despiertos, aunque fuera a medias, si se dieran cuenta de la cercanía de los sucesos descriptos en el Apocalipsis, se realizaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje... Dejad que hablen Daniel y el Apocalipsis, y digan cuál es la verdad. Pero sea cual fuere el aspecto del tema que se presente, ensalzad a Jesús como el centro de toda esperanza, "la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana" (Testimonios para los ministros, p. 118).

Cristo está en medio de los siete candeleros de oro, caminando de iglesia en iglesia, de congregación en congregación, de corazón en corazón. El que guarda a Israel no duerme ni descansa. Si el candelero fuera dejado al cuidado de agentes humanos, cuán a menudo la luz titilaría y se extinguiría. Pero Dios no ha puesto a la iglesia en manos de hombres. Cristo, el que dio su vida por el mundo para que todo aquel cree no se pierda, mas tenga vida eterna, es el genuino Guardián de la casa. Es el Vigilante fiel y verdadero de los atrios del templo del Señor. Tenemos motivos para agradecer a Dios porque no dependemos de la presencia de sacerdotes o ministros terrenales. Somos guardados por el poder de Dios. La presencia y la gracia de Cristo es el secreto de toda vida y luz (Alza tus ojos, p. 205)

¿TENEMOS QUE OBEDECER A DIOS PARA SER SALVOS?


 Muchos sostienen que para ser salvos
 no hay que hacer nada. Basta "venir 
tal como eres y aceptar a Jesús". 
Algunos dirían que lo único que hay 
que hacer es "creer" y que cualquier 
          cosa adicional a eso es salvación
 por las obras. ¿Es esto lo que la Biblia
 realmente enseña?


En algún momento de la vida, alguien probablemente le ha preguntado a usted si "ha sido salvo". ¿Qué respondió? Sabemos que todos los que responden al llamamiento de Dios, se arrepienten sinceramente y se bautizan, recibirán el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo, el poder espiritual que los faculta para llevar una vida nueva. Ahora bien, ¿qué es esta respuesta al llamamiento de Dios?



En el día de Pentecostés del año 31 de nuestra era, el apóstol Pedro predicó el primer sermón inspirado en la Iglesia del Nuevo Testamento. Se hallaba en Jerusalénante varios millares de oyentes quienes, al escucharlo, se sintieron compungidos por su parte en la muerte del Mesías, Jesucristo, y les preguntaron a Pedro y los demás apóstoles: "Varones hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37).



Esta era la oportunidad para que Pedro les dijera que no necesitaban hacer nada. Pero ¿qué dijo? "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (v. 38).


Pedro les dio una extraordinaria noticia: que podrían recibir perdón por sus pecados y el don del Espíritu Santo. Insistió, sin embargo, en dos puntos: que se arrepintieran y que se bautizaran. Si usted hubiera estado escuchando a Pedro, compungido por la parte que usted cumplió en la muerte de Cristo y deseosode cambiar su vida y recibir el perdón, ¿qué habría hecho? ¿Habría discutido con Pedro? "¡No me voy a arrepentir! ¡No me voy a bautizar! ¡Esas son obras y yo no tengo que hacer nada por ganar la salvación!" Si lo hubiera hecho, estaría discutiendo contra las claras instrucciones de Dios, incluidas algunas enseñanzas fundamentales del Nuevo Testamento.

Claro está que nadie puede merecer ni ganar la salvación. Pero la desobediencia deliberada contra las instrucciones divinas es señal segura de que la persona no se ha arrepentido o no se ha convertido de verdad.

¿Cómo reaccionó la multitud aquel día de Pentecostés en tiempos del Nuevo Testamento? La Biblia narra este hecho maravilloso: "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (vs. 41-42).

Aquel mismo día, 3.000 nuevos cristianos obedecieron las instrucciones de Dios. Se arrepintieron y se bautizaron. Hicieron lo que Jesús había mandado para todos los cristianos: "Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del Reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio" (Marcos 1:14–15).

Jesús dio aquí dos requisitos; requisitos que muchos se niegan a creer y aceptar. Hay quienes desean "ser salvos" pero hacen caso omiso del arrepentimiento. ¿Qué es arrepentimiento? La palabra griega es metanoia, que significa "pensar de otra manera". Hay que arrepentirse del pecado. ¿Qué es pecado? "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). La Biblia lo dice claramente: "El pecado es infracción de la ley". Cuando infringimos uno de los diez mandamientos, hemos pecado. Como dijo el apóstol Santiago: "Cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad" (Santiago 2:10–12).

Cuando nos arrepentimos del pecado, lamentamos profundamente haber quebrantado la ley de Dios. Dejamos atrás nuestra actitud hostil hacia Dios y su ley de la libertad. Dejamos atrás la actitud carnal que es enemistad contra la ley divina (ver Romanos 8:7). Después del arrepentimiento, deseamos estar en armonía con la ley divina del amor, los diez mandamientos. Elarrepentimiento trae un cambio profundo en nuestro modo de pensar y trae el compromiso de vivir por cada palabra de Dios.Como dijo Jesús, "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Lucas 4:4).

El arrepentimiento es más que la conciencia intelectual de que se ha pecado. El arrepentimiento genuino nos hace lamentar profundamente nuestros pecados. Recordemos la mujer que lavó los pies de Jesús con sus lágrimas (ver Lucas 7:38). Esto es arrepentimiento profundo.

También hay una lamentación "del mundo" que no es arrepentimiento genuino. Notemos cómo Pablo reconoce el arrepentimiento de los corintios: "Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte" (2 Corintios 7:9-10).

Hay criminales que expresan "tristeza del mundo" diciendo que se lamentan de sus crímenes (o pecados), cuando en realidad lo que están diciendo allá en lo profundo es: "Lamento que me hayan arrestado" o: "Lo lamento por la culpabilidad que siento o porque tengo que sufrir un castigo por mi crimen. Pero si se presenta la oportunidad de cometer otro crimen, lo haré". Los que sienten esta tristeza del mundo no son únicamente los criminales. Muchos que se han enviciado a pecados sexuales, al alcohol o a las drogas, o bien a otros hábitos nocivos, pueden sentir tristeza. Pero sin un auténtico cambio en el corazón y sin un cambio en el comportamiento, ¡sus pecados persistentes llevarán a la muerte! La tristeza del mundo produce muerte.

En cambio, la tristeza que es de Dios, o sea el verdadero arrepentimiento, trae frutos muy diferentes. Veamos sus características, según se describen en las Sagradas Escrituras: "He aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación!En todo os habéis mostrado limpios en el asunto" (2 Corintios 7:11).

Una persona que se ha arrepentido sinceramente cambia su modo de pensar y su modo de actuar. Su compromiso de cambiar su vida ¡es en serio! Un individuo así cambia de modo dramático. Recordemos lo que les dijo Juan el Bautista a los fariseos y saduceos que venían adonde él buscando el bautismo: "Salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento" (Mateo 3:5-8).

Si nosotros seguimos practicando el pecado sin cambio alguno en la actitud o en la vida, entonces no hay arrepentimiento genuino. El Salmo 51 expresa cómo el rey David reconoció su pecado. Lea este Salmo, le ayudará mucho. Note que David no pidió que se le hiciera justicia. Justicia para David habría sido la pena de muerte. "Porque la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23) ¡Para todos nosotros! Por tanto, en su corazón arrepentido, lo que David pidió fue misericordia. "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado" (Salmo 51:1-2).

David reconoció su pecado. Oró fervorosamente a Dios pidiendo que lo limpiara. ¿Ha orado usted así? "Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio" (vs. 3-4).

¿Cómo que David pecó "solo" contra Dios? David había cometido adulterio con Betsabé. Había enviado al esposo de Betsabé, Urías, al frente de batalla para que lo mataran. Sin duda, David "pecó" contra ellos. Mas Dios fue quien mandó: "No matarás… No cometerás adulterio" (Éxodo 20:13-14). David pecó contra el Legislador y quedó bajo la pena de muerte dictada por Dios.


El arrepentimiento de David es un ejemplo para todos nosotros. ¡Todos necesitamos esa actitud humilde y contrita! "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios" (Salmo 51:17).


Una vez que llegamos al punto de arrepentimiento, como le ocurrió a David, y que obedecemos el mandato dado por Cristo de bautizarnos, recibimos el perdón de todos nuestros pecados del pasado y empezamos a andar en vida nueva. ¿Cómo debemos seguir respondiendo ante esta gracia del perdón inmerecido que Dios nos ha dado? Veamos: "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Romanos 6:1-2). El cristiano recién engendrado como tal, a quien Dios ha concedido la gracia (perdón inmerecido), ¿acaso debe seguir infringiendo la ley de Dios y desobedeciendo a su Creador? Pablo responde claramente: "En ninguna manera"Las pruebas en la Biblia son contundentes. No podemos seguir desobedeciendo a Dios ¡y recibir el don de la salvación! Pablo hablaba de los falsos cristianos que pretendían, como muchos hoy, valerse de la gracia ¡como licencia para pecar!

El apóstol Judas también condenó este concepto de la gracia que es contrario a lo que enseña la Biblia: "Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Judas 4). La Bibliaen lenguaje sencillo dice que estos"dicen que Jesucristo no es nuestroúnico Señor y Dueño, y que por esono debemos obedecerle. Piensan que, como Dios nos ama tanto, no nos castigará por todo lo malo que hacemos". La versión Dios habla hoy lo expresa así: "Son hombres malvados, que toman la bondad de nuestro Dios como pretexto para una vida desenfrenada". ¿Cuántas personas que hoy profesan el cristianismo hacen precisamente eso?

Los que convierten la gracia de Dios en libertinaje expresan en sus actos la idea de que "tenemos libertad para infringir los diez mandamientos. ¡No tenemos por qué obedecer a Dios ni guardar sus mandamientos!" ¡Eso está mal! Semejante rebeldía no es conversión sino actitud carnal. La verdad es que guardar los mandamientos de Dios es una manifestación de amor. Los primeroscuatro mandamientos nos dicen cómoamar a Dios y los últimos seis nosdicen cómo amar al prójimo. Por eso,el apóstol Juan escribió: "Estees el amor a Dios, que guardemos susmandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1 Juan 5:3), o "no son una carga" como dice la versión Dios habla hoy.

Por tanto, tal como lo dijo firmemente el apóstol Pablo, es imposible que sigamos viviendo bajo la gracia si al mismo tiempo practicamos el pecado. Ningún cristiano realmente arrepentido querrá practicar el pecado mientras reclama la gracia. El cristiano verdadero ha "sepultado" al viejo ser en el bautismo, tal como lo explica Pablo: "¿No sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Romanos 6:3-4).

La Bibliarevela el extraordinario plan de salvación que Dios tiene para nosotros. La salvación es un regalo, algo que jamás podemos ganar ni merecer. La mayoría de los estudiosos de la Biblia conocen uno de los pasajes fundamentales sobre este tema: "Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). Tomemos nota de que la gracia de Dios es un don, o regalo y que la fe necesaria para la salvación ¡también es un regalo!

Muchos pasan por alto el versículo10 cuando desean convertir la gracia en libertinaje para pecar: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas". Nuestra respuesta ante la gracia de Dios produces obras buenas y nosotros andamos en ellas, es decir, que continuamente producimos obras buenas. Tenemos que dar frutos del verdadero cristianismo en nuestra vida.

Sin el Espíritu de Dios no podemos crecer espiritualmente. Tal como hemos leído, después del bautismo Dios le da su Espíritu Santo al pecador arrepentido. Notemos que este don del Espíritu se da mediante la imposición de las manos por parte de un siervo de Dios. Los apóstoles "les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo" (Hechos 8:17). El Espíritu Santo es el poder espiritual proveniente de Dios, que nos engendra como sus hijos y nos permite crecer espiritualmente.

Nosotros necesitamos el Espíritu Santo para superar los impulsos nocivos de la naturaleza humana. Pablo describió así su lucha contra su propia naturaleza: "Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado" (Romanos 7:25).

Notemos la actitud de obediencia expresada por Pedro. ¿Dará Dios el Espíritu Santo a los que tengan actitud de desobediencia? ¡No! El apóstol Pedro lo dijo claramente: "Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen" (Hechos 5:32). Dios no concederá su don del Espíritu Santo a los que tengan una actitud de desobediencia.

Pedro y los apóstoles demostraron siempre la actitud de obediencia a Dios. Veamos con qué valentía se dirigió Pedro al sanedrín de los judíos. Este concilio les había dado orden a los apóstoles de no predicar en el nombre de Jesús. ¿Cuál fue su respuesta? "Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29).

Uno de los temas de la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, es que la obediencia a Dios trae bendiciones y la desobediencia trae maldición. Usted puede recibir las maravillosas bendiciones de Dios y su don de la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor. Pero Dios dará estas bendiciones espirituales solamente a quienes estén dispuestos a arrepentirse, a creer y a obedecerle. Como escribió el apóstol Pedro: "Es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que noobedecenal evangelio de Dios? Y si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?" (1 Pedro 4:17-18).

Jesucristo es nuestro Salvador viviente. Nosotros seremos salvos ¡por su vida! (Romanos 5:10) Le ruego a Dios que usted también participe del extraordinario plan divino de salvación.

Tomado de: El mundo de Mañana. Richard F. Ames