jueves, 21 de junio de 2018

Notas de Elena El Armagedón y el Monte Carmelo ...



EL ARMAGEDÓN Y EL MONTE CARMELO: SEGUNDA PARTE 

Juan ... fue testigo de las terribles escenas que acontecerán como señales de la venida de Cristo. Vio ejércitos que se reunían para la batalla y el corazón de los hombres desfalleciendo de temor. Vio la tierra sacudida de su lugar, las montañas trasladadas al medio del mar, sus olas rugiendo y agitadas, y las montañas sacudidas por la turbulencia del mar. Vio abrirse las copas de la ira de Dios, y la peste, el hambre y la muerte que sobrecogían a los habitantes de la tierra (El Cristo triunfante, p. 318). 

Estamos acercándonos a la finalización de la historia de esta tierra, cuando podrá haber solo dos bandos, y todo hombre, mujer y niño estará en uno de estos dos ejércitos. Jesús será el General de un ejército; Satanás será el dirigente del ejército opositor. Todos los que están quebrantando y enseñando a otros a quebrantar la ley de Dios, el fundamento de su gobierno en los cielos y en la tierra, están comandados por un jefe superior, que los dirige en oposición al gobierno de Dios.


"Los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada" (Judas 6) son rebeldes contra la ley de Dios, y enemigos de todos los que aman y obedecen sus mandamientos. Estos súbditos, con Satanás su dirigente, reunirán a otros en sus filas usando cualquier medio posible, para fortalecer sus fuerzas e imponer el cumplimiento de sus demandas. Por medio de sus engaños y falsedades, Satanás quiere arrastrar, si fuera posible, a los propios escogidos. Su engaño no es minúsculo. Él tratará de presionar, fustigar, falsificar, acusar y engañar a todos aquellos a quienes no pueda obligar a darle honor y ayudarlo en su obra. Su gran éxito reside en mantener confundidas las mentes de los hombres, conservándolos en la ignorancia respecto de sus artimañas, porque entonces puede inducir a los desprevenidos, por así decirlo, con los ojos vendados (Mensajes selectos, t. 3, p. 483). 

Jehová, el eterno, el que posee existencia propia, el no creado, el que es la fuente de todo y el que lo sustenta todo, es el único que tiene derecho a La veneración y adoración supremas. Se prohíbe al hombre dar a cualquier otro objeto el primer lugar en sus afectos o en su servicio. Cualquier cosa que nos atraiga y que tienda a disminuir nuestro amor a Dios, o que impida que Le rindamos el debido servicio es para nosotros un dios.

"No harás para ti imagen de escultura, ni figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las aguas debajo de la tierra. No las adorarás ni rendirás culto" ... "Yo soy el Señor Dios tuyo, el fuerte, el celoso". La relación estrecha y sagrada de Dios con su pueblo se representa mediante el símbolo del matrimonio. Puesto que la idolatría es adulterio espiritual, el desagrado de Dios bien puede llamarse celos (Patriarcas y profetas, p. 313). 

Todo lo que Cristo fue para sus primeros discípulos desea serlo para sus hijos hoy, pues en su última oración, que elevó estando junto al pequeño grupo reunido en derredor suyo, dijo: "No ruego solamente por éstos, sino por aquellos también que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos". Juan 17:20. Oró por nosotros y pidió que fuésemos uno con él, como él es uno con el Padre. ¡Cuán preciosa unión!. .. Si Cristo está en nuestro corazón, obrará en nosotros "el querer como el hacer, por su buena voluntad". Filipenses 2:13. Obraremos como él obró; manifestaremos el mismo espíritu. Amándole y morando en él, creceremos "en todos respectos en el que es la cabeza, es decir, en Cristo". Efesios 4:15 (Camino a Cristo, p. 75). 

================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA

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