jueves, 7 de junio de 2018

SALID DE ELLA, PUEBLO MÍO.




A lo largo de los años, los estudiosos de la profecía bíblica han estado siguiendo los acontecimientos mundiales con gran interés, especialmente aquellos que parecen relacionarse con el tiempo del fin. Pensemos, por ejemplo, en el papel de los Estados Unidos. Ya en 1851, algunos adventistas identificaban a ese país con el poder de la segunda bestia (Apoc. 13:11-15), una identificación muy notable dada la condición de los Estados Unidos en ese entonces.

A mediados del siglo XIX, las grandes potencias seguían siendo las del Viejo Mundo: Prusia, Francia, Austria-Hungría e Inglaterra. En ese entonces, los Estados Unidos tenían un ejército pacífico de unos veinte mil hombres, aproximadamente una décima parte de la cantidad de combatientes de la Batalla de Waterloo (1815) solamente. En 1814, apenas cuarenta años antes, los británicos invadieron e incendiaron Washington, D.C. 

En 1867, los valientes de Sitting Bull aniquilaron el séptimo regimiento de caballería de los Estados Unidos, del general Custer. Por consiguiente, incluso después de que algunos comentaristas identificaran a los Estados Unidos como el poder que un día impondría la “marca de la bestia” en el mundo, la nación todavía estaba luchando contra los nativos norteamericanos en su propio terreno, ¡y no siempre ganaban tampoco! 

No caben dudas de que los acontecimientos mundiales se desarrollan como creímos. Pero, todavía falta que ocurran más cosas antes de que llegue el fin. Por eso es muy importante, por ejemplo, al hablar de la “marca de la bestia”, enfatizar que, en este momento, no la tiene nadie, independientemente de si guarda el cuarto Mandamiento o no. Además, deben suceder otras cosas. 

Lee Apocalipsis 18:1 al 4. ¿Qué ocurre aquí, y por qué es importante que lo recordemos ahora? ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de nuestra misión hacia el mundo? 


Apocalipsis 18:1-4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

18 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria.

2 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.

3 Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.

4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
 

Estos versículos pintan una sombría imagen del mundo político, moral y espiritual. Muestran la influencia malévola de la falsa enseñanza religiosa en el mundo. Sin embargo, al mismo tiempo, ofrecen una gran esperanza porque otro ángel del cielo ilumina el mundo con su gloria. Además, los fieles de Dios, los que aún no saben lo que deben saber, son llamados a salir de Babilonia. Esto significa, entonces, que el pueblo de Dios que ya está afuera de Babilonia tiene, hasta el final, una obra que hacer por quienes todavía están en ella. ¿Qué debería significar para nosotros que el Señor llame “mi pueblo” a algunos de los que todavía están en Babilonia?¿Qué debería significar para nosotros que el Señor llame “mi pueblo” a algunos de los que todavía están en Babilonia? 

================== LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA 2 TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Daniel Herrera Desde: Guatemala

No hay comentarios:

Publicar un comentario