LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Apocalipsis 2:13, 24; 2 Corintios 11:13-15; Salmo 146:4; Génesis 1-2:3; Apocalipsis 13:1-17.
PARA MEMORIZAR: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apoc. 12:9).
Incluso en el cielo, antes de su expulsión, Satanás trabajó para engañar a los ángeles. “Abandonando su lugar, que ocupaba en la presencia inmediata del Padre, Lucifer salió́ a difundir el espíritu de descontento entre los ángeles. Obrando con misterioso sigilo, y encubriendo durante algún tiempo sus verdaderos fines bajo una apariencia de reverencia hacia Dios, se esforzó en provocar el descontento con respecto a las leyes que gobernaban a los seres celestiales, insinuando que ellas imponían restricciones innecesarias” (CS 486).
En el Edén se disfrazó de serpiente y usó trucos contra Eva. A lo largo de la historia, hasta el día de hoy, e incluso después del milenio, usa el engaño (Apoc. 20:8) en un intento por lograr sus fines.
Lamentablemente, él es mucho más inteligente, más poderoso y más astuto que cualquiera de nosotros, por lo que necesitamos aferrarnos a Jesús y a su Palabra para protegernos de sus asechanzas. “Pero ustedes, los que se mantuvieron fieles al Señor su Dios, todavía están vivos” (Deut. 4:4, NVI).
Sin duda, el principio aquí expuesto sigue siendo válido hoy también. Esta semana veremos algunos de los engaños más eficaces del diablo.
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