martes, 25 de diciembre de 2018

LA RESURRECCIÓN Y EL RESTABLECIMIENTO DE LAS RELACIONES



La trompeta aún no ha sonado. Quienes han descendido a la tumba todavía no han exclamado: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" (1 Corintios 15:55). 

Los justos muertos aún no han sido arrebatados con los santos vivos para encontrarse con su Señor en el aire. Pero se aproxima el tiempo en que las palabras pronunciadas por el apóstol Pablo se cumplirán: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:16, 17) ...

Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo que pasamos aquí es el invierno del cristiano. Los vientos fríos de la aflicción soplan sobre nosotros, y las olas de los problemas nos arrollan. Pero en un futuro cercano, cuando Cristo venga, las penas y los lamentos habrán desaparecido para siempre. Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas habrán concluido, y no habrá más enfermedad ni muerte. "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron". Apocalipsis 21 :4 (Alza tus ojos, p. 309).

El Señor nos ha elegido como canales a través de los cuales pueda comunicar sus bendiciones ... El amor, la cortesía, la abnegación, jamás se perderán. Cuando alguno es elegido por Dios es cambiado de la mortalidad a la inmortalidad.

Sus palabras y actos de bondad se manifestarán y serán preservados por las edades sin fin. Ningún acto de servicio abnegado, por pequeño o simple que sea, se pierde jamás. Por medio de los méritos imputados de la justicia de Cristo, la fragancia de tales palabras y acciones es preservada para siempre (En los lugares celestiales, p. 234).

Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en ellas fueran depositados. Adán, que se encuentra entre la multitud resucitada, es de soberbia altura y formas majestuosas, de porte poco inferior al del Hijo de Dios. Presenta un contraste notable con los hombres de las generaciones posteriores; en este respecto se nota la gran degeneración de la raza humana. Pero todos se levantan con la lozanía y el vigor de eterna juventud. Al principio, el hombre fue creado a la semejanza de Dios, no solo en carácter, sino. también en lo que se refiere a la forma y a la fisonomía. El pecado borró e hizo desaparecer casi por completo la imagen divina; pero Cristo vino a restaurar lo que se había malogrado. Él transformará nuestros cuerpos viles y los hará semejantes a la imagen de su cuerpo glorioso. La forma mortal y corruptible, desprovista de gracia, manchada en otro tiempo por el pecado, se vuelve perfecta, hermosa e inmortal. Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la tumba (El conflicto de los siglos, p. 627). ================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

Notas de Elena La resurrección y el restablecimiento.

Escuela Sabática - Martes 25 de Diciembre del 2018

martes, 11 de diciembre de 2018

Escuela Sabática - Lectura 11 de Diciembre del 2018

Notas de Elena - 11 de Diciembre del 2018 - El mensaje del primer ángel

EL MENSAJE DEL PRIMER ÁNGEL

El hecho de que Dios demande reverencia y adoración por sobre los dioses paganos se funda en que él es el Creador, y que todas las demás criaturas le deben a él su existencia. Así lo presenta la Biblia ... El sábado, como recordatorio del poder creador de Dios, le señala a él como Hacedor de los cielos y de la tierra. Por lo tanto, es un testimonio perpetuo de su existencia, y un recuerdo de su grandeza, su sabiduría y su amor. Si el sábado se hubiera santificado siempre, jamás habría podido haber ateos ni idólatras (Patriarcas y profetas, p. 348).

En esta época precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, Dios necesita hombres que preparen un pueblo para que esté en pie en el gran día del Señor. En estos últimos días se debe efectuar una obra igual a la que hizo Juan. Mediante los agentes que el Señor ha elegido, él está dando mensajes a su pueblo, y quiere que todos presten atención a las admoniciones y amonestaciones que envía ... nuestro mensaje no es de paz y seguridad. En nuestra condición de pueblo que cree en la pronta aparición de Cristo, tenemos un mensaje definido para dar: "prepárate para encontrarte con tu Dios" .. .

En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elías. Así como Juan el Bautista, al preparar un pueblo para el primer advenimiento de Cristo, llamó su atención a los Diez Mandamientos, así debemos dar el mensaje nítidamente: "Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado". Debemos esforzamos para preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elías el profeta y a Juan el Bautista (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, pp. 1205, 1206).

Los que poseen solamente una teoría de la verdad, los que tocan la verdad solo con la punta de los dedos, los que no han llevado sus principios al santuario interior del alma sino que han mantenido la verdad en el atrio exterior, no verán nada de sagrado en la historia pasada de este pueblo que lo ha hecho lo que actualmente es, y que ha establecido a sus miembros como misioneros fervorosos y decididos que trabajan en el mundo.

La verdad para este tiempo es preciosa, pero aquellos cuyos corazones no han sido quebrantados al caer sobre la Roca que es Cristo Jesús, no verán ni comprenderán qué es la verdad. Aceptarán aquello que place a sus ideas y comenzarán a preparar otro fundamento diferente del que ya ha sido puesto. Halagarán su propia vanidad y estima pensando que son capaces de quitar las columnas de nuestra fe para reemplazarlas por pilares inventados por ellos (Mensajes selectos, t. 2, pp. 447, 448).

 ================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan



jueves, 15 de noviembre de 2018

Una solución difícil



El orden mantenido en la primitiva iglesia cristiana, la habilitó para seguir firmemente adelante como disciplinado ejército revestido de la armadura de Dios. Aunque las compañías o grupos de fieles estaban esparcidos en un dilatado territorio, eran todos miembros de un solo cuerpo y actuaban de concierto y en mutua armonía. Cuando se suscitaban disensiones en alguna iglesia local, como ocurrió después en Antioquía y otras partes, y los fieles no lograban avenirse, no se consentía en que la cuestión dividiese a la iglesia, sino que se la sometía a un concilio general de todos los fieles, constituido por delegados de las diversas iglesias locales con los apóstoles y ancianos en funciones de gran responsabilidad. Así por la concertada acción de todos se desbarataban los esfuerzos que Satanás hacía para atacar a las iglesias aisladas, y quedaban deshechos los planes de quebranto y destrucción que forjaba el enemigo. "Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos" (1 Corintios 14:33), y quiere que hoy día se observe orden y sistema en la conducta de la iglesia, lo mismo que en tiempos antiguos. Desea que su obra se lleve adelante con perfección y exactitud, a fin de sellarla con su aprobación. Los cristianos han de estar unidos con los cristianos y las iglesias con las iglesias, de suerte que los instrumentos humanos cooperen con los divinos, subordinándose todo agente al Espíritu Santo y combinándose todos en dar al mundo las buenas nuevas de la gracia de Dios (Los hechos de los apóstoles, pp. 78, 78).

Santiago trató de grabar en la mente de sus hermanos el hecho de que, al convertirse a Dios, los gentiles habían hecho un gran cambio en sus vidas, y que debía ejercerse mucha prudencia para no molestarlos con dudosas y confusas cuestiones de menor importancia, no fuera que se desanimaran en seguir a Cristo.

Los conversos gentiles, sin embargo, debían abandonar las costumbres inconsecuentes con los principios del cristianismo. Los apóstoles y ancianos convinieron por lo tanto en pedir a los gentiles por carta que se abstuvieran de los alimentos ofrecidos a los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado, y de sangre. Debía instárselos a guardar los mandamientos, y a vivir una vida santa. Debía asegurárseles también que los que habían declarado obligatoria la circuncisión no estaban autorizados por los apóstoles para hacerlo ...

Las decisiones amplias y de largo alcance del concilio general produjeron confianza en las filas de los creyentes gentiles, y la causa de Dios prosperó (Los hechos de los apóstoles, pp. 158, 160). 

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martes, 6 de noviembre de 2018

Notas de Elena El templo del Espíritu Santo


Desde las edades eternas había sido el propósito de Dios que todo ser creado, desde el resplandeciente y santo serafín hasta el hombre, fuese un templo para que en él habitase el Creador. A causa del pecado, la humanidad había dejado de ser templo de Dios. Ensombrecido y contaminado con el pecado, el corazón del hombre no revelaba la gloria del Ser divino. Pero por la encarnación del Hijo de Dios, se cumple el propósito del Cielo. Dios mora en la humanidad, y mediante la gracia salvadora, el corazón del hombre vuelve a ser su templo... Los atrios del templo de Jerusalén, llenos del tumulto de un tráfico profano, representaban con demasiada exactitud el templo del corazón, contaminado por la presencia de las pasiones sensuales y de los pensamientos profanos.

Al limpiar el templo de los compradores y vendedores mundanales, Jesús anunció su misión de limpiar el corazón de la contaminación del pecado -de los deseos terrenales, de las concupiscencias egoístas, de los malos hábitos, que corrompen el alma (La fe por la cual vivo, p. 193).

El Señor dio a su Hijo unigénito para rescatarnos del pecado. Nosotros somos hechura suya, somos sus representantes en el mundo, y él espera que revelemos el verdadero valor del hombre mediante la pureza de nuestra vida, y los esfuerzos fervientes que realicemos para recuperar la perla de gran precio. Nuestro carácter debe ser modelado de acuerdo con la similitud divina, y se debe reformar mediante la fe que obra por el amor y purifica el alma. La gracia de Dios embellecerá, ennoblecerá y santificará el carácter. El siervo del Señor que trabaje con inteligencia tendrá éxito. Nuestro Salvador dijo: "Las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre". Juan 14:12 (Exaltad a Jesús, p. 42).

La fortaleza del pueblo de Dios radica en su unión con él mediante su Hijo unigénito, y su unión del uno con el otro. No hay dos hojas de un árbol que sean exactamente iguales; tampoco concuerdan todas las mentalidades; pero aunque es así, puede haber unidad en la diversidad. Cristo es nuestra raíz, y todos los que están injertados en esta raíz darán el fruto que Cristo dio. Revelarán la fragancia del carácter de él en el talento del habla, en el cultivo de la hospitalidad, de la bondad, de la cortesía cristiana y de la consideración celestial.

Mirad las flores en un tejido y notad las hebras de diversos colores. No todas son rosadas, no todas son verdes, no todas son azules. Se entreteje una diversidad de colores para perfeccionar el modelo. Así es en el plan de Dios. Él tiene un propósito al colocarnos donde debemos aprender a vivir como individuos. Todos no somos idóneos para hacer la misma clase de obra, sino que la obra de cada hombre ha sido dispuesta por Dios para ayudar a construir su plan (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1083). ================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA


Diálogo Bíblico | Martes 6 de noviembre 2018 | El templo del Espíritu Sa...

TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO


Otra imagen del edificio que Pablo usa es la del templo de Dios, o del Espíritu Santo. Es la imagen de un edificio costoso y valioso. Junto con 1 Corintios 6:19, donde la imagen se refiere a nuestro cuerpo personal como templo del Espíritu Santo, en 1 Corintios 3:16 y 17 Pablo utiliza la imagen para referirse al edificio más santo y precioso del antiguo Cercano Oriente: el templo de Dios.

Lee 1 Corintios 3:16 y 17 ( CB ) . ¿Qué significa que la iglesia sea el templo del Espíritu Santo? ¿De qué advierte en el versículo 17?

Obviamente Pablo, al referirse a la iglesia, no tiene en mente un templo o un lugar físico de residencia para Dios. Esta metáfora se refiere a una entidad corporativa: juntos, los cristianos de Corinto forman el templo del Espíritu Santo y, en un sentido espiritual, Dios reside entre ellos.

Para Pablo, Dios reside dentro de la comunidad cristiana; de allí su advertencia de que cualquiera que intente destruir esta confraternidad sufrirá las consecuencias del Juicio. La unidad de los creyentes está en el centro de esta comunión y de la presencia de Dios en este templo. Aunque este pasaje a menudo se usa en el sentido de cuidar de nuestro cuerpo físico (que, por supuesto, es lo que se supone que los cristianos deben hacer de todos modos), esa no es la cuestión específica que plantea Pablo aquí. Su mensaje era una advertencia para quienes destruyan la unidad de la iglesia.

Previamente en este capítulo, Pablo se refirió a lo que considera que son desafíos para la unidad: “pues ha[y] entre vosotros celos, contiendas y disensiones” (1 Cor. 3:3). Estas actitudes y comportamientos son amenazas reales para la unidad de los cristianos y provocan la retirada de la presencia de Dios de su templo. En otras palabras, los conflictos en la iglesia pueden destruir el templo de Dios. Por lo tanto, él quiere que los miembros dejen de lado las actitudes y las conductas que amenazan su unidad. Cuando estallan los conflictos en la iglesia actual, el consejo de Pablo a los corintios sigue siendo válido: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” (1 Cor. 1:10).

Celos, contiendas y disensiones: estos no son solo problemas que la iglesia enfrentaba en los días de Pablo. Los tenemos hoy también. ¿Qué papel tiene cada uno de nosotros para tratar de resolver estos problemas de una manera que no ponga en riesgo nuestra unidad?

lunes, 5 de noviembre de 2018

Notas de Elena,, LA CASA DE DI...

2 DIALOGO BIBLICO, Lección 6, Lunes 5 de Noviembre de 2018, LA CASA DE D...

LA CASA DE DIOS, ESCUELA SABA...


Otra imagen del pueblo de Dios en el Nuevo Testamento es la casa de Dios. Es una metáfora de piedras y edificios que resalta la naturaleza intrincada e interdependiente de las relaciones humanas en la iglesia. Pedro se refiere a los cristianos como “piedras vivas” (1 Ped. 2:5). Esta metáfora también contiene una cualidad de permanencia y solidez.

Lee Efesios 2:19 al 22 ( CB ) . ¿Qué ideas clave enfatiza Pablo en este pasaje? ¿Qué nos dice esta imagen sobre la unidad de la iglesia?

En este pasaje, Pablo combina dos imágenes de la iglesia: una inerte, una casa o edificio; la otra viva, un hogar de personas.
Una piedra no es muy valiosa por sí misma, pero cuando está unida con otras piedras se convierte en una estructura que puede resistir las tormentas de la vida. Ningún cristiano puede ser una piedra solitaria: debe relacionarse con otros en la comunión de la familia de Dios. Para que un edificio sea sólido, debe descansar sobre una base sólida. Jesucristo es este fundamento y la “piedra angular” de la casa de Dios (ver además 1 Cor. 3:11).

La iglesia también dejaría de existir si no hiciera de Cristo la piedra angular de sus actividades, pues ella gira en torno a Jesucristo: su vida, muerte, resurrección y regreso. La iglesia forma una comunidad de creyentes unida para compartir con el mundo las buenas nuevas de Jesús. La agenda de la iglesia es Jesús: quién es él, lo que hizo por nosotros, lo que hace en nosotros y lo que le ofrece a todo el que lo acepte como Señor y Salvador. La imagen de una casa también es muy significativa. Esta se basa en las relaciones que las personas tienen entre sí. Es una imagen familiar: el padre y la madre, los hermanos y las hermanas. Los lazos entre los miembros de la familia pueden ser fuertes, y las lealtades consiguientes a menudo trascienden todos los demás vínculos externos. La lealtad es una gran parte de la unidad, porque ¿cómo podría haber algún tipo de unidad sin lealtad? ¿Qué relación tiene esta imagen con la iglesia? Los miembros de la iglesia también son parte de una gran familia. Estamos vinculados, no solo porque pertenecemos a la familia humana a través de nuestro ancestro común, Adán, sino también porque estamos relacionados con Jesús, el Segundo Adán, a través de nuestra experiencia del “nuevo nacimiento”. Por lo tanto, nos unen las verdades doctrinales que tenemos en común y también la experiencia de ser almas convertidas que tienen una nueva vida en Jesús.

Lamentablemente, no todos han tenido una buena experiencia con su familia. Por lo tanto, esa imagen quizá no signifique nada para ellos. Sin embargo, como iglesia, ¿cómo podemos llegar a ser la familia que estas personas nunca tuvieron?

sábado, 3 de noviembre de 2018

IMÁGENES DE LA UNIDAD


Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Pedro 2:9; Éxodo 19:5, 6; Efesios 2:19-22; 1 Corintios 3:16, 17; 1 Corintios 12:12-26; Juan 10:1-11; Salmo 23.

Para Memorizar: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” (1 Cor. 12:12).


Cualquiera que haya estudiado la Biblia sabe que está llena de imágenes y símbolos que apuntan a realidades mayores que esas imágenes y símbolos en sí. Por ejemplo, la esencia de todo el sistema sacrificial bíblico es, en cierto sentido, un símbolo de una realidad mucho mayor: Jesús y todo el plan de salvación.

En la Biblia se usan muchos otros tipos de imágenes y, a veces, también los elementos más básicos, como el agua, el fuego o el viento. Según el contexto, estas son imágenes de verdades espirituales y teológicas. Por ejemplo, cuando Jesús dijo: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:8), usó el viento como símbolo del Espíritu Santo.

La Biblia utiliza una cantidad de imágenes para describir la clase de unidad que encontramos en la iglesia, la unidad que Dios llama a manifestar ante el mundo. Cada imagen individual no está completa en sí misma; en su conjunto, estas imágenes revelan muchas cosas sobre la unidad de la iglesia, como la relación de la iglesia con Dios, las relaciones de los miembros entre sí y la relación de la iglesia con la comunidad en general.

La lección de esta semana analizará algunas de las imágenes y lo que nos dan a conocer sobre la unidad en Cristo.

martes, 30 de octubre de 2018

Notas de Elena - 30 de Octubre del 2018 - Confraternidad



La unión entre Cristo y su pueblo debe ser viva, verdadera e inagotable, asemejándose a la unión que existe entre el Padre y su Hijo. Esta unión es el fruto de la morada del Espíritu Santo. Todos los verdaderos hijos de Dios revelarán al mundo su unión con Cristo y sus hermanos.

Aquellos en cuyos corazones mora Cristo, llevarán el fruto del amor fraternal. Comprenderán que como miembros de la familia de Dios están señalados para cultivar, fomentar y perpetuar el amor y la amistad cristianos, en espíritu, palabras y acción.

Ser hijos de Dios, miembros de la familia real, significa más de lo que muchos suponen. Los que son considerados por Dios como sus hijos, revelarán amor cristiano los unos por los otros. Vivirán y obrarán con un propósito: representar apropiadamente a Cristo ante el mundo.

Por su amor y unidad mostrarán al mundo que son portadores de las credenciales divinas. Por la nobleza de su amor y su abnegación, demostrarán a los que los rodean que son verdaderos seguidores del Salvador.

"Por esto conocerán todos los hombres que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros" (Hijo e hijas de Dios, p. 295).

Sea cortés, tenga un corazón tierno, perdone a los demás. Que su yo se hunda en el amor de Jesús; así podrá honrar al Redentor y hacer la obra que él le ha asignado. Poco conoce las tribulaciones de las pobres almas que han caído en las cadenas de las tinieblas y carecen de resolución y fuerza moral. Esfuércese por comprender la debilidad de los demás. Ayude a los necesitados, crucifique su yo y permita que Jesús tome posesión de su alma para que pueda desarrollar los principios de la verdad en su vida diaria. Solo entonces será una bendición como nunca fue para la iglesia y aquellos con los que esté en contacto (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 135).

Los apóstoles llegaron a ser lo que fueron por la gracia de Cristo. La devoción sincera y humilde y la oración ferviente los pusieron en íntima comunión con él. Se sentaron con el Señor en los lugares celestiales. Comprendieron la enormidad de su deuda para con él. Mediante la oración sentida y perseverante obtuvieron el don del Espíritu Santo, y luego salieron cargados con la responsabilidad de salvar almas y colmados de celo a extender los triunfos de la cruz. Y como resultado de sus labores, muchas almas fueron trasladadas de las tinieblas a la luz y se organizaron numerosas iglesias (Testimonios para la iglesia, t. 7, p. 33).

Las palabras: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16: 15), se dirigen a todos los que siguen a Cristo.

Todos los que son ordenados a la vida de Cristo están ordenados para trabajar por la salvación de sus semejantes. Ha de manifestarse en ellos el mismo anhelo que él sintió en su alma por la salvación de los perdidos.

No todos pueden desempeñar el mismo cargo, pero hay cabida y trabajo para todos. Todos aquellos a quienes han sido concedidas las bendiciones de Dios deben responder sirviendo realmente; y han de emplear todo don para el progreso de su reino (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 23).

================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA


Diálogo Bíblico | Martes 30 de octubre 2018 | Confraternidad | Escuela S...

Escuela Sabática - Martes 30 de Octubre del 2018

lunes, 29 de octubre de 2018

Diálogo Bíblico | Lunes 29 de octubre 2018 | De Babel al Pentecostés | E...

Notas de Elena - De Babel al Pentecostés


Notemos que el Espíritu fue derramado después que los discípulos hubieron llegado a la unidad perfecta, cuando ya no contendían por el puesto más elevado. Eran unánimes. Habían desechado todas las diferencias. Y el testimonio que se da de ellos después que les fue dado el Espíritu es el mismo. Notemos la expresión: "Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma . .. " (Hechos 4:32). El Espíritu de Aquel que había muerto para que los pecadores vivieran animaba a toda la congregación de los creyentes.

Los discípulos no pidieron una bendición para ellos mismos. Sentían preocupación por las almas. El evangelio había de ser proclamado hasta los confines de la tierra y solicitaban la medida de poder que Cristo había prometido. Entonces fue cuando se derramó el Espíritu Santo y miles se convirtieron en un día.

Así puede suceder ahora. Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida y ella les vendrá (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 27, 28).

Dios también está dispuesto a darnos la misma bendición, siempre que tengamos real interés en ella. El Señor no cerró los depósitos celestiales después de haber derramado su Espíritu sobre los primeros discípulos. También nosotros podemos recibir la plenitud de su bendición ... Si no contamos con su poder es por la indiferencia, el letargo espiritual y nuestra indolencia. Abandonemos la mortal formalidad (Recibiréis poder, p. 25).

Todos los que profesan el nombre de Cristo deben estar esperando, aguardando y orando en unidad de corazón. Debieran abandonarse todas las diferencias, y la unidad y el tierno amor debieran llenarlo todo. Entonces nuestras oraciones ascenderían juntas a nuestro Padre celestial basadas en una fe fuerte y amorosa. Entonces podríamos aguardar con paciencia y esperanza el cumplimiento de la promesa ... Pero Dios sabe cómo y cuándo contestar nuestras oraciones.

Es nuestra parte de la obra ponemos en relación con el canal divino. Dios es responsable por su parte de la obra. Fiel es el que prometió. Lo grande e importante para nosotros consiste en ser de un solo corazón y mente, para poner a un lado toda envidia y malicia, y vigilar y aguardar como humildes suplicantes. Jesús, nuestro representante y cabeza, está listo para hacer en favor de nosotros lo que hizo por los que oraban y vigilaban en el día de Pentecostés (La historia de la redención, p. 257). Dios puede infundir nueva vida en cada alma que sinceramente desea servirle, y puede tocar los labios con un carbón encendido tomado del altar y hacer que se vuelva elocuente con su alabanza a Dios. Miles de voces serán impregnadas con poder para presentar públicamente las admirables verdades de la palabra de Dios. Se desatará la lengua del tartamudo, y los tímidos recibirán fuerza para dar un valeroso testimonio de la verdad. Quiera el Señor ayudar a su pueblo a limpiar el templo del alma de toda contaminación, y a mantener una relación tan íntima con él que puedan ser participantes de la lluvia tardía cuando esta se derrame (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1055).

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Escuela Sabática - Lunes 29 de Octubre del 2018

De Babel al Pentecostés | ...

sábado, 27 de octubre de 2018

La experiencia de la unidad en...


Cristo hizo provisión para que su iglesia fuera un cuerpo transformado, iluminado por la luz del cielo, que poseyese la gloria de Emanuel. Él quiere que todo cristiano esté rodeado de una atmósfera espiritual de luz y paz. No tiene límite la utilidad de aquel que, poniendo el yo a un lado, da lugar a que obre el Espíritu Santo en su corazón, y vive una vida completamente consagrada a Dios.

¿Cuál fue el resultado del derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés? Las buenas nuevas de un Salvador resucitado fueron proclamadas hasta los confines más remotos del mundo habitado. El corazón de los discípulos quedó sobrecargado de una benevolencia tan completa, profunda y abarcante, que los impulsó a ir hasta los confines de la tierra ... Mientras proclamaban la verdad tal cual es en Jesús, los corazones cedían al poder del mensaje. La iglesia veía a los conversos acudir a ella desde todas las direcciones. Los apóstatas se volvían a convertir. Los pecadores se unían con los cristianos en la búsqueda de la perla de gran precio... Cada cristiano veía en su hermano la divina similitud del amor y la benevolencia. Un solo interés prevalecía. Un objeto de emulación absorbía a todos los demás. La única ambición de los creyentes consistía en revelar un carácter semejante al de Cristo pura e1 engrandecimiento de su reino (Testimonios para la iglesia. 8, p. 26).

Después del derramamiento del Espíritu Santo, los discípulos salieron para proclamar al Salvador resucitado, poseídos del único deseo de salvar almas. Se regocijaban en la dulzura de la comunión con los santos.

Eran afectuosos, atentos, abnegados, dispuestos a hacer cualquier sacrificio en favor de la verdad. En sus relaciones cotidianas unos con otros, manifestaban el amor que Cristo les había ordenado revelar al mundo. Por sus palabras y sus acciones desinteresadas, se esforzaban por encender este amor en otros corazones.

Los creyentes debían continuar cultivando el amor que llenaba el corazón de los apóstoles después del derramamiento del Espíritu Santo. Debían proseguir adelante y obedecer gustosos al nuevo mandamiento:

"Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros" (Juan 13 :34). Debían vivir tan unidos con Cristo que se vieran capacitados para cumplir sus requerimientos. Debían ensalzar el poder de un Salvador que podía justificarlos por su justicia (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 241 ).

La paciencia es una planta que crecerá rápidamente si se cultiva con esmero. Al conocernos cabalmente a nosotros mismos, y combinando nuestra firme decisión con la gracia de Dios, podremos ser vencedores y llegar a la perfección en todas las cosas sin que nada nos falte.

La paciencia derrama el bálsamo de la paz y el amor en los acontecimientos de la vida hogareña... La paciencia buscará unidad en la iglesia, la familia y la sociedad. Debemos fundir esta virtud en nuestra vida (Mi vida hoy , p. 100). 

= NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

jueves, 25 de octubre de 2018

Pr. Bullón - Lección 4 - La clave de la unidad

Notas de Elena - 25 de Octubre del 2018 - Relaciones humanas en Cristo

Diálogo Bíblico | Jueves 25 de octubre 2018 | Relaciones Humanas en Cris...

Escuela Sabática.

Relaciones Humanas en Cristo


El cristianismo es una religión de relaciones: de relación con Dios y con los demás. No tiene sentido decir que tenemos una relación profunda con Dios sin que esa relación tenga un impacto en las relaciones que tenemos con los demás. El cristianismo no se puede vivir en el vacío. Los principios de unidad que Pablo analiza en su Epístola a los Efesios también son aplicables a cómo nos relacionamos con los demás.

Lee Efesios 5:15 al 21 ( CB ) . ¿Qué nos está diciendo Pablo en el versículo 21? ¿Cuál es la relación entre la sumisión y la unidad?

La exhortación de Pablo a someternos unos a otros se relaciona con la frase “llenos del Espíritu” de Efesios 5:18. Una de las expresiones del derramamiento del Espíritu es la sumisión mutua. Esto se refiere a la actitud apropiada de humildad y consideración que debemos tener hacia las personas. Por supuesto, este no es un atributo natural de la mayoría de las personalidades, sino el resultado de la vida del Espíritu en nuestro corazón. Es un regalo del mismo Espíritu, que es el vínculo de la unidad en Cristo. Vista desde esta perspectiva, la sumisión es una cualidad interna que expresa nuestra reverencia por Cristo y su sacrificio por nosotros.

Lee Efesios 5:22 al 6:9 ( CB ) . ¿Qué impacto tiene en nuestra relación humana esta calidad de sumisión mutua en el hogar y el lugar de trabajo de un creyente en Cristo?

En cierta medida, la unidad de la iglesia depende de la unidad en el hogar.

Pablo enfatizó que la unidad, el amor y el respeto que deberían existir entre el esposo y la esposa deben ejemplificar el amor de Cristo hacia la iglesia, un amor abnegado. Por lo tanto, en necesario que los esposos, las esposas y los miembros de iglesia demuestren respeto cristiano tanto en el hogar como en la iglesia. Este atributo de Cristo también se ejemplifica en las relaciones entre padres e hijos, y entre empleados y empleadores (dependientes y jefes).
El tipo de armonía y paz que debe impregnar nuestro hogar también debe impregnar nuestra vida eclesiástica.

¿Qué principios puedes extraer de los versículos de hoy que puedan ayudarte a comprender mejor cómo debes actuar (según tu situación) hacia un miembro de tu familia o un compañero de trabajo?

miércoles, 24 de octubre de 2018

Se avecina una gran crisis. Pastor David Gates

Diálogo Bíblico | Miércoles 24 de octubre 2018 | Los dirigentes de la ig...

Notas de Elena Los dirigentes de la Iglesia y la unidad.


Dios quiere que su pueblo esté unido con los lazos más estrechos de compañerismo cristiano; la confianza en nuestros hermanos es esencial para la prosperidad de la iglesia; la unidad de acción es importante en una crisis religiosa. Un paso imprudente, una acción descuidada, puede hundir a la iglesia en dificultades y pruebas de las cuales podría no recobrarse por años. Un miembro de la iglesia lleno de incredulidad puede darle ventajas al gran enemigo que afectarán la prosperidad de toda la iglesia, y como resultado pueden perderse muchas almas. Jesús quisiera que sus seguidores estén sujetos entre ellos; entonces Dios puede usarlos como instrumentos para salvar el uno al otro; porque puede ser que uno no discierna los peligros que el ojo de otro es rápido para percibir; pero si la persona desprevenida obedece con confianza la advertencia, puede salvarse de grandes perplejidades y pruebas (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 489).

Caminen humildemente delante de Dios, y reconózcanlo como su amo. Es una gran desgracia el que sean incapaces de percibir en los demás características más excelentes y facultades más útiles que las de ustedes mismos ...

Si no fuera por los dones y bendiciones gratuitos de Dios, fracasaríamos para la eternidad. Por lo tanto, nadie entone sus propias alabanzas, satisfaciéndose con su supuesta sabiduría. Si sus talentos fueran el resultado de su propia creación, la alabanza propia tendría algo de lógica. Pero el hombre no tiene nada que sea suyo. No manifestemos nuestra falta de verdadera sabiduría al exaltarnos a nosotros mismos. Inclinémonos humildemente a los pies del que nos ha dado nuestros talentos ... Todo talento debe ser empleado correctamente puesto que es un cometido sagrado. Aquellos a quienes Dios ha hecho sus mayordomos tienen que escudriñar fervientemente las Escrituras para que puedan comunicar sus verdades a los demás, dirigiéndolos por la senda que ha sido trazada para los redimidos del Señor (Cada día con Dios, p. 198). Dios está sacando a un pueblo del mundo y guiándolo a la plataforma exaltada de la verdad eterna, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Él disciplinará y capacitará a su pueblo. No estarán en desacuerdo, uno creyendo una cosa y otro teniendo fe y puntos de vista enteramente opuestos, cada uno avanzando independientemente del cuerpo.

A través de la diversidad de los dones y de los tipos de administración que él ha colocado en la iglesia, llegarán todos ellos a la unidad de la fe (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 490). 

================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

Lección 4 | Miércoles 24 de octubre 2018 | Los dirigentes de la iglesia ...

martes, 23 de octubre de 2018

Unidad en un cuerpo



Cristo está conduciendo a un pueblo y llevándolo a la unidad de la fe para que sea uno, así como él lo es con su Padre. Hay que abandonar sus diferencias de opinión para que todos se unan con el cuerpo, a fin de que estén unánimes y sean todos de un mismo parecer (1Corintios 1: 10): "Os ruego pues, 

hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer" (Romanos 15:5-6): "Pero el Dios de la paciencia y la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo" (Filipenses 2:2): "Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa" (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 291).

Aunque tenemos una obra individual y una responsabilidad individual delante de Dios, no hemos de seguir nuestro propio juicio independiente, sin considerar las opiniones y los sentimientos de nuestros hermanos; este proceder conducirá al desorden en la iglesia. Es deber de los ministros respetar el juicio de sus hermanos; pero sus relaciones mutuas, así como las doctrinas que enseñan, deben ser examinadas a la luz de la ley y el testimonio; entonces, si los corazones son dóciles para recibir enseñanza, no habrá divisiones entre nosotros. Algunos están inclinados a ser desordenados, y están apartándose de los grandes hitos de la fe; pero Dios está induciendo a sus ministros a ser uno en doctrina y en espíritu (Testimonios para los ministros, p. 30).

Cristo los ha llamado a ser sus seguidores, a imitar su vida de abnegación y sacrificio, a interesarse en la gran obra de la redención de la especia caída. Ustedes no tienen una noción exacta de la obra que Dios quiere que lleven a cabo. Cristo es su modelo. Lo que les falta es amor. Este puro y santo principio distingue el carácter y la conducta de los cristianos frente a los mundanos. El amor divino tiene una influencia poderosa y purificadora. Solo se lo encuentra en los corazones renovados, y entonces fluye naturalmente hacia nuestros semejantes.

"Amaos los unos a los otros -dice el Salvador-, como yo os he amado" (Juan 15: 13). Cristo nos ha dado ejemplo de amor puro y desinteresado. Todavía no se han dado cuenta: ustedes de su deficiencia en este aspecto, y la gran necesidad que tienen de alcanzar este ideal celestial, sin el cual todos los buenos propósitos, y todo el celo, aunque fuera de tal naturaleza que los indujera a dar sus bienes para alimentar a los pobres, y sus cuerpos para ser quemados, nada sería. Necesitan esa caridad que todo lo sufre, que no se irrita, que todo lo soporta, que todo lo cree, que todo lo espera. Sin el espíritu de amor, nadie puede ser semejante a Cristo. Si este principio viviente reside en el alma, nadie puede ser semejante al mundo (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 153).

NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

viernes, 19 de octubre de 2018

Diálogo Bíblico | Viernes 19 de octubre 2018 | Para Estudiar y meditar |...

Lección 3 | Viernes 19 de octubre 2018 | Para Estudiar y meditar | Escue...




PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Por tanto, la terminología bíblica muestra que el pecado no es una calamidad que sobrevino súbitamente a la humanidad, sino que es el resultado de una actitud activa y una elección consciente por parte del ser humano. Además, el pecado no es la ausencia del bien, sino que es “no alcanzar” las expectativas de Dios. Es un curso impío que el ser humano ha elegido deliberadamente. No es una debilidad por la cual los seres humanos no pueden responsabilizarse porque el ser humano, en la actitud o el acto de pecar deliberadamente, elige rebelarse contra Dios, transgredir su Ley y fracasar en escuchar la Palabra de Dios. El pecado trata de ir más allá de las limitaciones que Dios ha fijado. En resumen, el pecado es un acto de rebelión contra Dios”.–Tratado de teología adventista del séptimo día, p. 272.

“Se me ha presentado un horrible cuadro de la condición del mundo. La inmoralidad cunde por doquiera. La disolución es el pecado característico de esta era. Nunca alzó el vicio su deforme cabeza con tanta osadía como ahora. La gente parece aturdida, y los amantes de la virtud y de la verdadera bondad casi se desalientan por esta osadía, fuerza y predominio del vicio. La iniquidad prevaleciente no es del dominio exclusivo del incrédulo y burlador. Ojalá fuese tal el caso; pero no sucede así. Muchos hombres y mujeres que profesan la religión de Cristo son culpables. Aun los que profesan esperar su aparición no están más preparados para ese suceso que Satanás mismo. No se están limpiando de toda contaminación. Han servido durante tanto tiempo a su concupiscencia que sus pensamientos son, por naturaleza, impuros; y sus imaginaciones, corruptas” (TI 2:311).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Qué respuesta les das a los que, a pesar de todo lo que ha sucedido, insisten en que la humanidad está mejorando? ¿Qué argumentos dan y cómo respondes a ellos?

2. Presta atención a la cita de Elena de White en el estudio del viernes. Si te ves a ti mismo allí, ¿cuál es la respuesta? ¿Por qué es importante no darse por vencido en la desesperación, sino seguir reclamando las promesas de Dios: primero, de perdón; y segundo, de purificación? ¿Quién es el que quiere que tú digas de una vez por todas: “No sirve de nada. Soy demasiado corrupto. Nunca podré ser salvo, así que bien podría rendirme”? ¿Lo escuchas a él o a Jesús, que nos dirá: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11)?

3. ¿Por qué es tan importante para nosotros, como cristianos, entender la pecaminosidad y la depravación humanas básicas? ¿Qué puede suceder cuando perdemos de vista esa realidad triste pero cierta? ¿A qué errores nos puede llevar una falsa comprensión de nuestra verdadera condición?
4. Piensa en la cantidad incalculable de protestantes que eligieron morir antes que renunciar a la fe. ¿Cuán firmes estamos en la fe? ¿Lo suficiente como para morir por ella?

jueves, 18 de octubre de 2018

06.- Somos Su Voz - Super Misión 20.14

Notas de Elena - 18 de Octubre del 2018 - Una fe que se comparte con amor

Una fe que se comparte con amor ...



En Juan 17:3, Jesús dijo que la vida eterna es conocer a Dios. Lee 1 Juan 2:3 al 6. ¿Qué significa conocer a Dios? ¿Cómo demostramos que conocemos a Dios en nuestra vida diaria?

En general, si bien la sociedad actual se dice respetuosa de la ley, estas mismas personas a menudo minimizarán la obligación bíblica de guardar los mandamientos de Dios. Algunos incluso argumentan que la gracia de Dios elimina los mandamientos de Dios. Pero esa no es la enseñanza bíblica: “Guardar los mandamientos no es una condición para conocer a Dios sino una señal de que conocemos a Dios/Jesús y que lo amamos. Por lo tanto, el conocimiento de Dios no es solo un conocimiento teórico, sino también conduce a la acción” (E. Mueller, The Letters of John, p. 39). 

Jesús mismo enfatizó: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:15, 21). “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:2, 3).

Lee Juan 13:34, 35. ¿Qué mandamiento nuevo les dio Jesús a sus discípulos y cómo se relaciona con la idea de unidad entre los seguidores de Jesús?

El mandamiento de amar al prójimo no era nuevo en sí; se lo puede encontrar en las instrucciones que Dios le dio a Moisés (Lev. 19:18). Lo nuevo es el mandato de Jesús para que sus discípulos se amaran unos a otros como él los amaba. El ejemplo de Jesús de amor abnegado es la nueva ética para la comunidad cristiana.

¡Qué maravillosa norma se nos ha presentado! La vida de Jesús había sido una demostración práctica del amor en acción. La obra de la gracia es un servicio continuo de amor y de esfuerzo abnegado. Podemos imaginar que la vida de Cristo fue una manifestación incesante de amor y abnegación por el bien de los demás. El principio que impulsaba a Cristo debe impulsar a su pueblo en todas sus relaciones. Qué testimonio más poderoso sería ese amor para el mundo. Y qué fuerza poderosa para nuestra unidad podría brindar ese amor también.

¿Cómo podemos aprender a reflejar la clase de amor abnegado por los demás que reflejó Jesús?

ESCUELA SABÁTICA - LECCIÓN 3 – FOLLETO ADULTOS Esta semana estudiaremos la lección 3 – “Para que sean uno” Para el 20 de octubre de 2018 Lecciones de Escuela Sabática – Cuarto trimestre 2018 UNIDAD EN CRISTO Cortesía: Corporación Nuestra Esperanza - www.NuestraEsperanza.cl 

martes, 16 de octubre de 2018

Notas de Elena - 16 de Octubre del 2018 - Por los que han de creer en mí

“Por los que han de creer en mí”...



Después de haber orado por sus discípulos, Jesús amplió su oración e incluyó a “los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Juan 17:20).

Lee Juan 17:20 al 26 ( CB ) . ¿Cuál era el mayor deseo de Jesús para quienes más adelante creerían en el mensaje del evangelio? ¿Por qué es tan importante que esta oración se cumpla?


Como el Padre y el Hijo son uno, Jesús oró para que los futuros creyentes también fuesen uno. En algunos lugares del Evangelio de Juan, Jesús se refirió a la unidad del Padre y del Hijo. Nunca actúan independientemente el uno del otro, sino que están siempre unidos en todo lo que hacen (Juan 5:20-23). Comparten un amor común por la humanidad caída hasta tal punto que el Padre estuvo dispuesto a dar a su Hijo por el mundo, y el Hijo estuvo dispuesto a dar su vida por ello también (Juan 3:16; 10:15).

La unidad a la que Jesús se refiere en esta oración es una unidad de amor y propósito, como la que existe entre el Padre y el Hijo. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Manifestar esta unidad en amor confirmará públicamente su relación con Jesús y con el Padre. “La exhibición de su unidad auténtica debe proporcionar un testimonio convincente de la verdad del evangelio” (A. J. Köstenberger, John, Baker Exegetical Commentary on the New Testament, p. 498).

Así es como el mundo sabrá que Jesús es el Salvador. En otras palabras, esta unidad por la que Jesús oró no puede ser invisible. ¿Cómo puede convencerse el mundo de la veracidad del evangelio si no puede ver el amor y la unidad entre el pueblo de Dios? “Dios está conduciendo a un pueblo para que se coloque en perfecta unidad sobre la plataforma de la verdad eterna. [...] Dios quiere que sus hijos lleguen todos a la unidad de la fe. La oración de Cristo, precisamente antes de su crucifixión, pedía que sus discípulos fuesen uno, como él era uno con el Padre, para que el mundo creyese que el Padre lo había enviado. En esta, la más conmovedora y admirable oración, extendida a través de los siglos hasta nuestros días, sus palabras son: ‘Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos’ (Juan 17:20). “¡Cuán fervorosamente deben tratar de contestar esta oración en su vida los que profesan seguir a Cristo!” (TI 4:21).

¿Qué estamos haciendo en nuestra vida y en nuestra iglesia para ayudar a alcanzar el tipo de unidad que se presenta aquí? ¿Por qué es primordial que cada uno de nosotros tenga cierto grado de muerte al “yo” si queremos que nuestra iglesia esté unida como debería?

Himno 121 Es Jesucristo la vida, la luz Nuevo Himnario Adventista



lunes, 15 de octubre de 2018

Notas de Elena - 15 de Octubre del 2018 - Jesús ora por sus discípulos

Jesús ora por sus Discípul...


Bienvenidos al estudio sistemático de la Biblia. Trimestre octubre, noviembre y diciembre. Lección 03: Para el 20 de octubre de 2018 “PARA QUE SEAN UNO” Lunes 15 de octubre. JESÚS ORA POR SUS DISCÍPULOS
Lee Juan 17:9 al 19 ( CB ) . ¿Por qué motivos ora específicamente Jesús en relación con sus discípulos?

A continuación, Jesús ora por sus discípulos, quienes corren el grave peligro de perder su fe en los días venideros, cuando él ya no esté con ellos en carne y hueso. Por lo tanto, los consagra al cuidado de su Padre.

Jesús pide que Dios los proteja en el mundo. En este sentido, Jesús no ora por el mundo, porque sabe que es intrínsecamente opuesto a la voluntad del Padre (1 Juan 5:19). Pero, debido a que el mundo es el lugar donde servirán los discípulos, Jesús ora para que puedan ser preservados del mal en el mundo. Jesús está preocupado por el mundo; de hecho, él es su Salvador.

Pero la difusión del evangelio está ligada al testimonio de aquellos que irán a predicar las buenas nuevas. Por eso, Jesús necesita interceder por ellos para que el maligno no los derrote (Mat. 6:13).
No obstante, un discípulo ha sido derrotado. Previamente esa noche, Jesús había mencionado que uno de ellos había decidido traicionarlo (Juan 13:18-30). Aunque Jesús se refiere al hecho de que las Escrituras habían predicho la traición de Judas (Sal. 41:9), este no era víctima del destino. Durante la Santa Cena, Jesús lo interpeló con un gesto de amor y amistad (Juan 13:26-30). “En ocasión de la cena de Pascua, Jesús demostró su divinidad revelando el propósito del traidor. Incluyó tiernamente a Judas en el servicio hecho a los discípulos. Pero no fue oída su última súplica de amor” (DTG 667).

Al saber que la envidia y los celos podían dividir a los discípulos, como había sucedido en ocasiones anteriores, Jesús ora por su unidad. “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros” (Juan 17:11). Esa unidad está más allá de cualquier logro humano. Solo puede ser el resultado y el regalo de la gracia divina. La unidad de ellos se fundamenta en la unidad del Padre y del Hijo, y esta unidad es un prerrequisito indispensable para un servicio eficaz en el futuro.

La santificación o consagración de los discípulos en la verdad también es indispensable para el servicio. La obra de la gracia de Dios en el corazón de los discípulos los transformará. Pero, si han de dar testimonio de la verdad de Dios, ellos mismos deben ser transformados por esa verdad.

¿Qué significa no “esta[r] en el mundo”? ¿Qué hay en nosotros, en nuestra vida y en nuestra forma de vivir que hace que no seamos de este mundo?


domingo, 14 de octubre de 2018

Notas de Elena - 14 de Octubre del 2018 - Jesús ora por sí mismo

Notas de Elena - Jesús ora por sí mismo


Cristo había concluid la obra que se le había confiado. Había glorificado a Dios en la tierra. Había manifestado el nombre del Padre.

Había reunido a aquellos que hablan de continuar su obra entre los hombres. Y dijo: "Yo soy glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo, mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti . ¡Padre Santo, guarda en tu nombre a aquello que me has dado, para que ellos sean uno, así como nosotros lo somos!" ... Así, con el lenguaje de quien tenía autoridad divina, Cristo entregó a su electa iglesia en los brazos del Padre. Como consagrado sumo sacerdote, intercedió por los suyos. Como fiel pastor, reunió a su rebaño bajo la sombra del Todopoderoso, en el fuerte y seguro refugio. A él le aguardaba la última batalla con Satanás, y salió para hacerle frente (El Deseado de todas las gentes, p. 63 5).

[El] conocimiento de Dios... es el fundamento de toda verdadera educación y de todo verdadero servicio. Es la única real salvaguardia contra la tentación; y solamente eso puede hacerle a uno semejante a Dios en carácter. Por medio del conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, se imparten a los creyentes "todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad". Ningún buen don se niega al que sinceramente desea obtener la justicia de Dios.

"Esta empero es la vida eterna -elijo Cristo- , que te conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado" (Juan 17:3).

Y el profeta Jeremías declaró: "No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar; en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová" (Jeremías 9:23, 24).

Difícilmente puede la mente humana entender la anchura, profundidad y altura de las realizaciones espirituales del que obtiene este conocimiento (Los hechos de los apóstoles, p. 423). Jesús, resplandor de la gloria de su Padre, "no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo" (Filipenses 2:6, 7). Consintió en pasar por todas las experiencias humildes de la vida y en andar entre los hijos de los hombres, no como un rey que exigiera homenaje, sino como quien tenía por misión servir a los demás ...

Jesús se vació a sí mismo, y en todo lo que hizo jamás se manifestó el yo. Todo lo sometió a la voluntad de su Padre. Al acercarse el final de su misión en la tierra, pudo decir: "Y o te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese". Y nos ordena: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo" (Juan 17:4); renuncie a todo sentimiento de egoísmo para que éste no tenga más dominio sobre el alma (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 17, 18). 

================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

Escuela Sabática - Domingo 14 de Octubre del 2018

Lección de Escuela Sabática | 14 Octubre 2018

sábado, 13 de octubre de 2018

Lección 3 de Escuela Sabática


LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 17:1-26; 1 Juan 5:19; Juan 13:18-30; Juan 5:20-23; Marcos 9:38-41; Apocalipsis 18:4; 1 Juan 2:3-6.

PARA MEMORIZAR: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:20, 21 ( CB ) ).

El Evangelio de Juan brinda una ventana a las preocupaciones de Jesús mientras su traición y su muerte se cernían. En cinco capítulos cruciales (Juan 13-17) recibimos las últimas instrucciones de Jesús, que culminan con lo que algunos han denominado su “oración sumosacerdotal” (Juan 17).
“Es una designación apropiada, ya que nuestro Señor, en esta oración, se consagra para el sacrificio en el que simultáneamente es sacerdote y víctima.
Al mismo tiempo, es una oración de consagración en nombre de aquellos por quienes se ofrece el sacrificio: los discípulos que estaban presentes en el aposento alto y los que posteriormente aceptarían la fe a través del testimonio de ellos” (F. F. Bruce, The Gospel of John, p. 328).
En el núcleo de esta oración está la preocupación de Jesús por la unidad entre sus discípulos y por los que más adelante creerían en él: “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos” (Juan 17:9, 10). 
Ningún debate significativo sobre la unidad de la iglesia puede ser cabal sin prestar cuidadosa atención a esta oración. ¿Por qué y por quién oraba Jesús? ¿Qué significa su oración para nosotros hoy?