domingo, 14 de octubre de 2018

Notas de Elena - Jesús ora por sí mismo


Cristo había concluid la obra que se le había confiado. Había glorificado a Dios en la tierra. Había manifestado el nombre del Padre.

Había reunido a aquellos que hablan de continuar su obra entre los hombres. Y dijo: "Yo soy glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo, mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti . ¡Padre Santo, guarda en tu nombre a aquello que me has dado, para que ellos sean uno, así como nosotros lo somos!" ... Así, con el lenguaje de quien tenía autoridad divina, Cristo entregó a su electa iglesia en los brazos del Padre. Como consagrado sumo sacerdote, intercedió por los suyos. Como fiel pastor, reunió a su rebaño bajo la sombra del Todopoderoso, en el fuerte y seguro refugio. A él le aguardaba la última batalla con Satanás, y salió para hacerle frente (El Deseado de todas las gentes, p. 63 5).

[El] conocimiento de Dios... es el fundamento de toda verdadera educación y de todo verdadero servicio. Es la única real salvaguardia contra la tentación; y solamente eso puede hacerle a uno semejante a Dios en carácter. Por medio del conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, se imparten a los creyentes "todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad". Ningún buen don se niega al que sinceramente desea obtener la justicia de Dios.

"Esta empero es la vida eterna -elijo Cristo- , que te conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado" (Juan 17:3).

Y el profeta Jeremías declaró: "No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar; en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová" (Jeremías 9:23, 24).

Difícilmente puede la mente humana entender la anchura, profundidad y altura de las realizaciones espirituales del que obtiene este conocimiento (Los hechos de los apóstoles, p. 423). Jesús, resplandor de la gloria de su Padre, "no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo" (Filipenses 2:6, 7). Consintió en pasar por todas las experiencias humildes de la vida y en andar entre los hijos de los hombres, no como un rey que exigiera homenaje, sino como quien tenía por misión servir a los demás ...

Jesús se vació a sí mismo, y en todo lo que hizo jamás se manifestó el yo. Todo lo sometió a la voluntad de su Padre. Al acercarse el final de su misión en la tierra, pudo decir: "Y o te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese". Y nos ordena: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo" (Juan 17:4); renuncie a todo sentimiento de egoísmo para que éste no tenga más dominio sobre el alma (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 17, 18). 

================== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA IV TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA

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