El rey Agripa le permitió ahora a Pablo hablar en su defensa ... Pablo relató la historia de su conversión desde su empecinado descreimiento hasta que aceptó la fe en Jesús de Nazaret como el Redentor del mundo. Describió la visión celestial que al principio le había llenado de indescriptible terror, pero que después resultó ser una fuente del mayor consuelo: una revelación de la gloria divina, en medio de la cual estaba entronizado Aquel a quien él había despreciado y aborrecido, cuyos seguidores estaba tratando de destruir. Desde aquella hora Pablo había sido un nuevo hombre, un sincero y ferviente creyente en Jesús ...
¿Por qué, razonó Pablo, habría de parecer increíble que Cristo hubiese resucitado de los muertos? Una vez le había parecido así a él mismo; pero, ¿cómo podía dejar de creer lo que él mismo había visto y oído? Cerca de las puertas de Damasco había de veras contemplado al Cristo crucificado y resucitado, el mismo que había caminado por las calles de Jerusalén, muerto en el Calvario, roto las ligaduras de la muerte y ascendido al cielo desde el monte de los Olivos . .. Y, ¿cómo podía él desoír la voz del cielo que lo envió a abrir los ojos a los judíos y gentiles, a fin de que volvieran de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás hacia Dios? (Sketches From the Lije of Paul, pp. 255-258; parcialmente en Los hechos de los apóstoles, p. 347, 348).
Recordad las palabras que Cristo dirigió a sus seguidores: "Vosotros sois la luz del mundo". Dios espera que quienes conocen el camino se lo señalen a otros. Ha encomendado a los hombres el tesoro de su verdad. Lo que necesitamos es confianza y fe en Dios. La gracia interior se manifestará en las acciones exteriores. Necesitamos aquel espíritu que demuestre a otros que hemos estado aprendiendo en la escuela de Cristo y que imitamos el modelo que nos ha sido dado ... Que la bondad y el amor sean la norma en el seno de vuestro hogar. Cualquiera que no deje resplandecer la luz de la verdad en su hogar deshonra a nuestro Salvador.
La verdad, tal como se encuentra en Jesús, no solo hace mucho en favor del que la recibe, sino de los que entran en la esfera de su influencia.
El alma verdaderamente convertida es iluminada desde lo alto y Cristo llega a ser dentro de esa alma "una fuente de agua que salte para vida eterna" [Juan 4: 14]. Sus palabras, sus intenciones, sus acciones podrán malinterpretarse y falsificarse; pero no le importa, porque tiene en juego mayores intereses. No toma en cuenta la comodidad presente; no tiene ambición de hacer alarde de nada; no busca la alabanza de los hombres. Su esperanza está en los cielos, y marcha siempre adelante, con su mirada fija en Jesús (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 536, 537). Dad a Jesús lo mejor de vuestros corazones y vuestros afectos más consagrados. Atesorad cada rayo de luz. Apreciad todos los deseos del alma por Dios.
Cultivad los pensamientos espirituales y la comunión santa. Apenas habéis visto los primeros rayos del amanecer de su gloria. Al adelantar en el conocimiento del Señor, sabréis que "como el alba está dispuesta su salida" [Oseas 6:3]. "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" [Proverbios 4: 18] (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 332).
No hay comentarios:
Publicar un comentario