sábado, 31 de marzo de 2018

Notas de Elena El conflicto cósmico


El mundo caído es el campo de batalla del mayor conflicto que el universo celestial y los poderes de la tierra hayan presenciado jamás.

Fue señalado como el escenario en el cual se libraría la mayor lucha entre el bien y el mal, entre el cielo y el infierno. Todo ser humano desempeña una parte en este conflicto. Nadie puede permanecer en terreno neutral. Los hombres pueden aceptar o rechazar al Redentor del mundo.

Todos son testigos, en favor o en contra de Cristo. Cristo llama a los que se alistan bajo su estandarte para que entren con él en el conflicto como fieles soldados, para que puedan heredar la corona de la vida. Han sido adoptados como hijos e hijas de Dios. Cristo les ha dejado su promesa segura de que habrá un gran galardón en el reino de los cielos para que participen en su humillación y sufrimientos por causa de la verdad. 

La cruz del Calvario desafía, y vencerá finalmente a todos los poderes terrenales e infernales. Toda influencia se concentra en la cruz, y de ella irradia en todas direcciones. Es el gran centro de atracción, porque en ella Cristo dio su vida por la raza humana. El sacrificio fue ofrecido con el propósito de restaurar al hombre a su perfección original; aún más, fue ofrecido para transformar completamente su carácter, y hacerlo más que vencedor. Los que venzan al gran enemigo de Dios y el hombre con la fortaleza de Cristo, ocuparán un puesto en las cortes celestiales superior al de los ángeles que nunca cayeron (Hijos e hijas de Dios, p. 244).

Nadie que reciba la palabra de Dios quedará libre de dificultades y pruebas; pero cuando se presenta la aflicción, el verdadero cristiano no se inquieta, no pierde la confianza ni se desalienta. Aunque no podamos ver los resultados finales, ni podamos discernir el propósito de las providencias de Dios, no hemos de desechar nuestra confianza. Recordando las tiernas misericordias del Señor, debemos descargar en él nuestra inquietud y esperar con paciencia su salvación. 

La vida espiritual se fortalece con el conflicto. Las pruebas, cuando se las sobrelleva bien, desarrollan la firmeza de carácter y las preciosas gracias espirituales. El fruto perfecto de la fe, la mansedumbre y el amor, a menudo maduran mejor entre las nubes tormentosas y la oscuridad (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 40, 41). 

Hay muchos que no comprenden el conflicto que se lleva a cabo entre Cristo y Satanás por las almas de los hombres. No advierten que si quieren permanecer bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel, deben estar dispuestos a ser partícipes de sus conflictos y sostener una guerra resuelta contra los poderes de las tinieblas ...

La obtención de la vida eterna siempre será una lucha, un conflicto.

Debemos pelear continuamente la buena batalla de la fe. Somos soldados de Cristo y los que se alistan en su ejército deben esperar hacer una obra difícil que exigirá sus energías hasta lo sumo. 

Debemos comprender que la vida de un soldado es de lucha agresiva, de perseverancia y paciencia. Por causa de Cristo hemos de soportar pruebas (En los lugares celestiales, p. 261 ). 

====== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA II TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA ======== || www.drministries.org || =========

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