Mayordomos de la verdad espiritual.
No es la intención de Dios que la luz de ustedes brille de modo que las palabras o las obras les traigan la alabanza de los hombres, sino que ellos exalten y glorifiquen al Autor de todo bien. Jesús, en su vida, presentó a los hombres un modelo de carácter. ¡Cuán poco poder tuvo el mundo para moldearlo de acuerdo con sus normas!... Podríamos decir con Cristo: “Yo no busco mi gloria” Juan 8:50. Su vida estuvo llena de buenas obras, y es nuestro deber vivir como vivió nuestro gran Ejemplo. Nuestra vida tiene que estar escondida con Cristo en Dios, y así la luz de Cristo se reflejará sobre nosotros y la reflejaremos sobre los que nos rodean, no simplemente en palabras o profesión, sino en buenas obras y en la revelación del carácter de Cristo. Los que reflejan la luz de Dios mostrarán una disposición amante. Serán alegres, dispuestos, obedientes a todos los requerimientos de Dios. Serán mansos y abnegados y trabajarán con amor dedicado a la salvación de las almas (Reflejemos a Jesús, p. 33).
Satanás observa ansiosamente para hallar desprevenidos a los cristianos. ¡Oh, si los seguidores de Cristo recordaran que la eterna vigilancia es el precio de la vida eterna! Muchos poseen una fe ador-mecida. A menos que sean fortalecidos, reanimados, instados a obrar, sus almas se perderán. El yo debe morir y Cristo debe reinar en el corazón como supremo y único. Los pensamientos deben estar sujetos a él. Entonces la vida será una honra para su nombre. El alma recibirá poder de lo alto para resistir los engañosos ardides de Satanás (Alza tus ojos. p. 198).
¿Se han olvidado los adventistas del séptimo día de la advertencia dada en el sexto capítulo de Efesios? Estamos comprometidos en una lucha contra las huestes de las tinieblas. A menos que sigamos de cerca a nuestro Guía, Satanás obtendrá la victoria sobre nosotros.
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. Efesios 6:13-17 (Alza tus ojos, p. 198).
Si nuestros ojos se abrieran veríamos en nuestro derredor a los ángeles malignos tramando alguna nueva manera de dañarnos y destruimos; pero también veríamos a los ángeles de Dios que con su poder nos amparan, porque el ojo vigilante de Dios está siempre sobre Israel para el bien, y él protegerá y salvará a su pueblo si éste confía en él...
Vi que debemos vigilar y ponemos la armadura completa, embrazando el escudo de la fe para permanecer en pie y para que no nos dañen los ígneos dardos del maligno (Primeros escritos, p. 60).
======= NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA I TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA =================== || www.drministries.org || ========
No hay comentarios:
Publicar un comentario