lunes, 12 de febrero de 2018

Notas de Elena - 11 de Febrero del 2018 - Una cuestión de total honestidad



UNA CUESTION DE TOTAL HONESTIDAD

Las zorras pequeñas son las que echan a perder las vinas; las insignificantes negligencias, las pequeñas deficiencias, las ínfimas faltas de honradez, las pequeñas desviaciones de los principios, [son] las que enceguecen el alma y la separan de Dios. 

Las pequeñas cosas de la vida son las que desarrollan el espíritu y determinan el carácter. Aquellos que descuidan las cosas pequeñas no están preparados para sobrellevar duras pruebas cuando estas les sobrevengan.

Recordad que la edificación del carácter no finaliza mientras no termina la vida. Cada día es puesto en su estructura un buen o un mal ladrillo. Lo mismo podéis edificar en mala forma o con exactitud y corrección levantar un hermoso templo para Dios... La vida no está hecha de grandes sacrificios o de maravillosas proezas, sino de cosas pequeñas {En los lugares celestiales, p. 228). 

Hay muchos que desdeñan los pequeños acontecimientos de la vida, los pequeños actos que deben realizarse cada día; pero estas cosas no debieran considerarse insignificantes... Nos ponemos en el lado correcto clínicamente obrando de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios que rigen las pequeñas transacciones de la vida. Somos probados por estos pequeños incidentes, y se estimara nuestro carácter por lo que fuere nuestra obra. 

Lo que le proporciona a la vida la mayor belleza y lo que da el éxito es la concienzuda atención de lo que el mundo llama cosas pequeñas (Nuestra elevada vocación, p. 229). 

Bajo el sistema judío, se le ensenaba al pueblo a abrigar un espíritu de liberalidad, tanto en el sostén de la causa de Dios, como en la provisión de las necesidades de los pobres...

Por este sistema de benevolencia, el Señor trataba de ensenar a Israel que en todas las cosas el debía ser el primero. Así se les recordaba que él era el propietario de sus campos, sus rebaños y sus ganados; que era el quien enviaba la luz del sol y la lluvia que hacían crecer y madurar la cementera. Todas las cosas que ellos poseían eran de él. Ellos no eran sino sus mayordomos (Los hechos de los apóstoles, p. 271). El diezmo es sagrado y ha sido reservado por Dios para sí mismo.

Hay que traerlo a su tesorería para que se use en el sostén de los obreros evangélicos. Se ha robado al Señor durante mucho tiempo, porque hay quienes no comprenden que el diezmo es la porción que Dios se ha reservado. 

Algunos no han estado satisfechos y han dicho: "No seguiré pagando el diezmo, porque no tengo confianza en la forma como se administran las cosas en el corazón de la obra. ¿Pero robareis a Dios porque pensáis que la dirección de la obra no es adecuada? Presentad vuestras quejas claramente y con franqueza, con el espíritu debido y a las personas responsables. Pedid que se hagan los ajustes necesarios; pero no retengáis lo que le corresponde a la obra de Dios, y no seáis infieles, porque otras personas no están obrando correctamente (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 200).

======== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA I TRIMESTRE DEL 2018 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA ======= || www.drministries.org || ========

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