Lee Daniel 8:10 al 12. ¿Qué tipo de actividad realiza el cuerno pequeño?
En Daniel 8:10, el cuerno pequeño intenta replicar, en el nivel espiritual, los esfuerzos de los constructores de Babel (Gén. 11:4). Los términos “ejército” y “estrellas” pueden referirse al pueblo de Dios del Antiguo Testamento. A Israel se lo llama huestes/ejércitos del Señor (Éxo. 12:41). Daniel también muestra que los fieles de Dios brillan como las estrellas (Dan. 12:3). Obviamente, esto no es un ataque literal a los cuerpos celestes, sino una persecución al pueblo de Dios, cuya “ciudadanía está en los cielos” (Fil. 3:20). Aunque miles de cristianos fueron asesinados por emperadores paganos, el enfoque ahora está en las actividades verticales del cuerno pequeño. Por lo tanto, el cumplimiento final de esta profecía debe asociarse con la Roma papal y su persecución a través de los siglos.
Además, Daniel 8:11 habla de un “príncipe”, que se menciona en otros lugares de Daniel como el “Mesías Príncipe” (Dan. 9:25), “Miguel vuestro príncipe” (Dan. 10:21) y “Miguel, el gran príncipe” (Dan. 12:1). Nadie más que Jesucristo podría ser el referente de esta expresión. Jesucristo es el Príncipe del “ejército” mencionado anteriormente y nuestro Sumo Sacerdote en el cielo. Por lo tanto, el Papado y el sistema religioso que representa ciegan e intentan reemplazar el papel sacerdotal de Jesús.
En Daniel 8:11, el “continuo sacrificio” aparece relacionado con el Santuario terrenal para designar los diversos aspectos continuos de los servicios rituales, incluidos los sacrificios y la intercesión. Es a través de estos servicios que los pecadores reciben el perdón y los pecados quedan en el Tabernáculo. Este sistema terrenal representa el ministerio intercesor de Cristo en el Santuario celestial. Entonces, como predice la profecía, el Papado intercambia la intercesión de Cristo por la intercesión de los sacerdotes y los santos. Mediante esa adoración falsa, el cuerno pequeño quita el ministerio intercesor de Cristo y simbólicamente derriba el lugar del Santuario de Cristo.
“Y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó” (Dan. 8:12). Jesús afirma que él es la Verdad (Juan 14:6) y también señala a la Palabra de Dios como la verdad (Juan 17:17). En contraste, el Papado prohibió en el pasado la traducción de la Biblia al lenguaje del pueblo, pone la interpretación de la Biblia bajo la autoridad de la iglesia y coloca la tradición a la par de la Biblia como norma suprema de fe.
Este estudio, ¿qué debiera decirnos acerca de cuán precioso e importante es realmente el conocimiento de la verdad bíblica en contraste con las tradiciones humanas?
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