lunes, 1 de julio de 2019

Creó Dios...


Las obras creadas por Dios testifican de su amor y poder. El ha llamado al mundo a la existencia, con todo lo que contiene. Dios ama lo bello; y en el mundo que ha preparado para nosotros, no solo nos ha dado todo lo necesario para nuestra comodidad, sino que ha llenado los cielos y la tierra de belleza. Vemos su amor y cuidado en los ricos campos del otoño, y su sonrisa en la alegre luz del sol. Su mano ha hecho las rocas como castillos y las sublimes montañas. Los altos árboles crecen a su orden; él ha extendido la verde y aterciopelada alfombra de la tierra, y la ha tachonado de arbustos y flores. ¿Por qué revistió él la tierra y los árboles de verde vivo, en vez de un marrón oscuro y sombrío? ¿No es acaso para que fuesen más agradables a la vista? ¡Y no se llenará nuestro corazón de gratitud al ver las evidencias de su sabiduría y amor en las maravillas de su creación?

La misma energía creadora que sacó el mundo a la existencia, sigue manifestándose en el sostenimiento del universo y en la continuación de las operaciones de la naturaleza. La mano de Dios guía los planetas en su marcha ordenada a través de los cielos. No se debe a un poder inherente que la tierra continúe su movimiento en derredor del sol año tras año, y produzca sus bendiciones. La palabra de Dios controla los elementos. El cubre los cielos de nubes y prepara lluvia para la tierra. Hace fructíferos los valles, y “hace a los montes producir hierba”. Salmos 147:8. Por su poder florece la vegetación, aparecen las hojas y se abren las flores (Consejos para los maestros, p. 177).

Somos propiedad del Señor tanto por creación como por redención. Somos totalmente súbditos suyos, y sometidos a las leyes de su reino. Que nadie dé cabida al engaño de que el Señor Dios del cielo y de la tierra no tiene ley para controlar y gobernar a sus súbditos. Dependemos de Dios para todo aquello de que disfrutamos. Recibimos de él el alimento que tomamos, las ropas que vestimos, el aire que respiramos y la vida de que gozamos día tras día. Estamos bajo la obligación de ser gobernados por su voluntad y reconocerlo como nuestro supremo gobernante...

Debemos gratitud a Dios por la revelación de su amor en Cristo Jesús; y como instrumentos humanos inteligentes hemos de revelar al mundo el tipo de carácter que resultará de la obediencia a cada declaración de la ley del gobierno de Dios. En perfecta obediencia a su santa voluntad, hemos de manifestar adoración, amor, alegría y alabanza, y de este modo honraremos y glorificaremos a Dios (La maravillosa gracia de Dios, p. 58). 

== NOTAS DE ELENA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA III TRIMESTRE DEL 2019 Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA ======= || www.drministries.org ||

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