miércoles, 17 de abril de 2019

PREPARACIÓN PARA LA VEJEZ


“Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos” (Sal. 90:10). Estas palabras de Moisés nos recuerdan la marcha inexorable del tiempo. Con el paso de los años, comenzamos a ver y a sentir cambios en nuestro cuerpo. El cabello se vuelve gris o se cae, empezamos a andar más lento, y las molestias se convierten en nuestros compañeros diarios. Si estamos casados y con hijos, nuestros hijos quizá tengan sus propios hijos, y entonces tal vez disfrutemos de nuestros nietos. Las etapas anteriores de la vida nos han ayudado a prepararnos para la última.

Lee el Salmo 71 ( CB ) . ¿Qué nos enseña no solo acerca de nuestra preparación para la vejez sino también para la vida en general?

El Salmo 71 es el salmo de una persona mayor que experimenta los desafíos que conlleva la vida, pero que es feliz porque todo el tiempo ha puesto su confianza en Dios. La mejor manera de envejecer es depositar nuestra confianza en él cuando aún somos jóvenes. En términos generales, el autor de este salmo comparte tres lecciones importantes que aprendió mientras avanzaba hacia esta etapa de la vida.

1. Adquirir un conocimiento profundo y personal de Dios. Desde su juventud (Sal. 71:17), Dios fue su refugio fuerte (Sal. 71:1, 7) y su Salvador (Sal. 71:2). Dios es una roca y una fortaleza (Sal. 71:3), su esperanza y seguridad (Sal. 71:5). Él habla de las obras poderosas de Dios (Sal. 71:16, 17), de su fuerza y su poder (Sal. 71:18), y de todas las grandes cosas que ha hecho (Sal. 71:19). Finalmente, exclama: “Oh Dios, ¿quién como tú?” (Sal. 71:19). Esas conversaciones diarias con Dios, al estudiar su Palabra y al detenernos para reflexionar sobre todo lo que hace por nosotros, profundizarán nuestra experiencia con él.

2. Desarrollar buenos hábitos. Una buena alimentación, ejercicio, agua, sol, descanso, y otros, nos ayudarán a disfrutar una vida mejor, más larga y con mayor calidad. Observa cómo el salmista se refiere a los hábitos de la confianza (Sal. 71:3), la alabanza (Sal. 71:6) y la esperanza (Sal 71:14).

3. Cultivar la pasión por la misión de Dios. El autor de este salmo no esperaba estar inactivo en su vejez. Incluso en esa etapa deseaba seguir alabando a Dios (Sal. 71:8) y contar a los demás acerca de él (Sal. 71:15-18).

Para las personas de edad, ¿cuáles son algunos de los beneficios de envejecer? ¿Qué sabes ahora que no sabías cuando eras joven, que puedas compartir con los jóvenes?

PREPARACIÓN PARA LA VEJEZ